Internet llego para quedarse. La gran mayoría de nosotros no nos cuestionamos la vida en el siglo XXI sin esta maravillosa herramienta con recursos ilimitados. Pero, ¿puede llegar a influir en nuestra naturaleza y fisiología humana? En este caso hablamos de internet y la memoria: el efecto google.
Internet funciona como un disco duro externo en el que podemos almacenar toda la información que deseemos. Esto podría tener implicaciones en nuestro funcionamiento de la memoria y es lo que se está estudiando a día de hoy.
Un estudio publicado en Science, llevado a cabo por Betsy Sparrow de la Universidad de Columbia pudo comprobar que el aumento de confianza en poder buscar cualquier dato hace que realicemos menos esfuerzo en recordarlo. Se invierte más esfuerzo en recordar donde podríamos encontrar un dato en concreto que en recordar el propio dato.
No obstante, ya en 1985 el psicólogo David Wegner propuso un término parecido denominado memoria transactiva pero en un ámbito de grupos de trabajo donde los expertos carecían de ciertos conocimientos en alguna materia que sabían que otro miembro del equipo tenía. Y fue esta teoría la que dio pié a Sparrow a preguntarse si internet funcionaba a modo de memoria colectiva para todo el mundo.
¿Supone esto un aspecto negativo? Existen diversas opiniones. Para el psicólogo Roddy Roediger de la Universidad de Washington no hay duda de que las estrategias en el aprendizaje están cambiando, y que si podemos buscar algún dato cuando queramos ¿por qué deberíamos recordarlo?. Con la ingente cantidad de información que nos llega a diario resulta casi imposible clasificarla y almacenarla toda en nuestra memoria.
Referencia I Wegner,D.(1985). Transactive Memory: A Contemporary Analysis of the Group Mind
Imagen I Liz Henry