Uno de los grandes olvidados, junto al suelo pélvico, en muchos otros deportes propios de los gimnasios, como el culturismo o el aeróbic, ha sido desde siempre el trabajo del <strong>trasverso abdominal</strong>. La llegada a España de la fiebre Pilates ha despertado por fin la inquietud por el trabajo de esta denominada musculatura profunda, que, a pesar de no ser visible, es de gran necesidad.
El trasverso abdominal es el músculo más profundo de los “abdominales”: Una especie de faja que recubre todas nuestras vísceras desde las vértebras lumbares (donde se origina) hasta el abdomen, donde queda insertado por debajo de los oblícuos y del recto abdominal.
Autores como Pinsach, Deltell o Isidro, comentan en sus obras y artículos la necesidad de trabajar esta musculatura en cualquier actividad física, ya sea como para evitar la limitación de la fuerza, como para proteger la zona lumbar. Un trasverso abdominal trabajado da una mucho mejor alineación postural de la espalda y una posición más esbelta.
Por último, recordar que el trasverso abdominal es el músculo con mayor tendencia a la atrofia, ya que no trabaja en absoluto en posiciones sedentarias (sentado o quieto) de cada vez más habituales en los empleos de la actualidad.
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