Todos nos hemos encontrado inmersos alguna vez bajo los efectos de un temblor, ya sea por estar en un clima muy frío o por estar enfermos con fiebre. ¿Pero sabemos por qué nuestro cuerpo tiene esa reacción?¿ Para que sirve?. La respuesta al frío es mucho más compleja de lo que imaginamos. Uno de las respuestas al frío: tiritar.
Cuando bajan las temperaturas, desde nuestro cerebro, un circuito especializado de neuronas mide los niveles de frío a a través de sistemas aferentes procedentes de la piel, decidiendo en qué momento exacto debemos poner en marcha el mecanismo de temblar.
El verdadero objetivo de esta reacción es producir calor en la musculatura esquelética mediante su propia actividad metabólica, la cual requiere mucha energía, lo que se traduce en calor.No obstante, se trata de la última estrategia a la que recurre el organismo para mantener dentro de unos parámetros normales nuestra temperatura interna.
Una de esas estrategias previas al mecanismo del temblor para luchar contra las bajas temperaturas es provocando un descenso del flujo sanguíneo hacia la piel, de forma que la sangre se concentra en el interior del cuerpo evitando la perdida de calor. Esto es la causa del por qué a bajas temperaturas tenemos un aspecto realmente pálido.
Este mecanismo por el cual los músculos se contraen de forma intermitente tiritar es una de las muchas funciones propias del organismo para mantener la homeostasis, es decir, el equilibrio del cuerpo. El cerebro regula estás acciones de forma automática con ausencia total de la participación voluntaria propia del cortex.
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