Para evaluar nuestro cuerpo hemos usado durante mucho tiempo el IMC que relaciona peso con altura, pero la realidad es que este indicador no es del todo preciso, siendo mucho más efectivo el porcentaje de grasa corporal. Te contamos cuándo es normal y cuándo es demasiado alto.
Grasa corporal: beneficiosa pero no en exceso
La grasa es parte de nuestro cuerpo como también lo es el agua, los huesos o el músculo. Por lo tanto, la grasa corporal es necesaria, nos beneficia conformando un tejido de sostén y un lugar privilegiado para la producción y regulación de muchas hormonas.
Además, constituye la reserva energética más grande de nuestro cuerpo y la que nos ha salvado (y nos puede salvar), cuando no teníamos comida en la época del paleolítico.
Encontramos en el cuerpo muchos tipos de grasas: las más conocidas por nosotros son la grasa parda o marrón, la grasa blanca que constituye la mayoría y la grasa subcutánea que también nos aisla de las temperaturas climáticas. De allí que el tejido adiposo o la grasa coporal también tenga un rol clave en la termorregulación.
Como podemos ver, la grasa corporal es beneficiosa, es necesaria y su reducción en demasía puede ser peligrosa e incompatible con la vida.
Sin embargo, en exceso caracteriza a la obesidad y puede dar origen a un proceso inflamatorio y enfermedades múltiples asociadas.
Por ello, la clave está en mantener nuestro porcentaje de grasa corporal en un rango normal.
Rangos de normalidad de porcentaje de grasa corporal
El porcentaje de grasa corporal puede variar por muchos factores, siendo ante todo diferentes según edad y sexo de cada persona, aunque también puede influir notablemente el lugar donde vivimos y su clima o bien, la actividad o ejercicio que realizamos.
En la siguiente tabla se muestran los rangos de normalidad de porcentaje de grasa corporal:
Hombres | Mujeres | |
---|---|---|
20 a 29 años | 11-20 | 16-28 |
30 a 39 años | 12-21 | 17-29 |
40 a 49 años | 14-23 | 18-30 |
50 a 59 años | 15-24 | 19-31 |
En este sentido, debemos ser flexibles, pues como hemos dicho, muchos factores pueden incidir en el mismo. Por ello se presentan "rangos de normalidad" y no porcentajes estáticos, pues el valor puede cambiar de un mes a otro dependiendo de nuestro estilo de vida y también, de factores externos.
El exceso de grasa corporal
Usando un calpímetro, lipocalibre o plicómetro, podemos medir grasa subcutánea y mediante fórmulas estimar grasa corporal. También de forma estimativa podemos conocer nuestro porcentaje de grasa corporal empleando una báscula o medidor de bioimpedancia eléctrica.
Aunque métodos mucho más efectivos aunque costosos e invasivos serían la tomografía, la densitometría o la resonancia.
De todas formas, podemos de forma práctica estimar el porcentaje de grasa corporal y reconocer si nos hallamos en un rango de normalidad o bien, presentamos un porcentaje excesivo.
Según el último Consenso de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) del año 2016, señala que un porcentaje elevado de grasa corporal es de 25% o más en hombres y de 33% o más en mujeres.
Por encima de estos porcentajes de grasa corporal se diagnostica obesidad.
Aunque también podríamos diferenciar según edad y sexo. Así, un hombre de 22 años con 23% de grasa corporal podría considerarse que presenta un porcentaje elevado de grasa en su cuerpo y lo que se debería hacer es intentar ubicarse en el rango de normalidad (los antes mostrados en la tabla), para no acercarse al 25% que podría indicar obesidad.
Para esto, siempre se aconseja realizar ejercicio físico con regularidad si nos salimos del rango de normalidad pero no alcanzamos el exceso que diagnostica obesidad.
Imagen | Pixabay, iStock
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