Llevamos unos días en los que salir a correr al aire libre parece que cuenta doble debido a las fuertes rachas de viento. El viento es uno de los factores externos que influyen en nuestra carrera y que pueden modificar nuestros ritmos y nuestro rendimiento: por eso es importante que, aunque nos apetezca quedarnos en casa, aprendamos a aprovechar esta situación para mejorar en nuestro entrenamiento.
Estudia tu recorrido, ¿quieres empezar o terminar con el viento en contra?: generalmente en los entrenamientos de carrera al aire libre realizamos recorridos circulares, de modo que en un momento dado te encontrarás con el viento en contra y en otro con el viento a favor. Lo mejor que puedes hacer es estudiar tu recorrido para ver cuál es la parte más dura y realizarla ayudándote del viento que te empuja hacia delante. Si crees que no estás en tu mejor día, utiliza el viento a favor desde el principio para motivarte.
Aprovecha para realizar un buen entrenamiento mental: correr con el viento en contra puede desmoralizar mucho. Intentas avanzar, te da la impresión de que estás haciendo un esfuerzo hercúleo por seguir adelante y, cuando miras tu pulsómetro, te das cuenta de que solo has recorrido unos pocos metros. Utiliza estos días de entrenamiento para realizar un buen entrenamiento mental que sin duda te será de ayuda cuando tengas que competir.
Sal con un amigo y colaborad entre vosotros: los días de viento son el momento ideal para no correr solo. Si corres con un amigo, podéis colocaros en fila e ir intercambiando la posición para que, mientras el que va en cabeza tapa parte del viento con su cuerpo, el que va detrás pueda descansar. Si lo hacen los ciclistas y les funciona, ¿por qué no utilizarlo también nosotros?
Cuida la posición de tu cuerpo: seguramente lo hagas casi sin darte cuenta, pero siempre es bueno que seamos conscientes de qué posición adoptamos al correr. A la hora de correr con viento te conviene inclinar un poco el cuerpo hacia delante y realizar una zancada más corta. De esta forma ofrecerás menos resistencia y no gastarás tanta energía.
Protege tu cuerpo de forma adecuada: quizás la parte del cuerpo en la que el viento es más molesto sean los oídos. Estos días son un buen momento para llevar puesta una headband o un gorro que nos proteja. Tampoco olvides los ojos, en los que es fácil que entren motas de polvo: aquí puedes ver cómo elegir unas gafas de sol adecuadas para practicar deporte.
Si no te ves con energía para luchas contra el viento pero no quieres perder tu entrenamiento, la cinta del gimnasio siempre es una buena opción.
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