A la hora correr tenemos muchas opciones para elegir. Podemos optar por hacerlo al aire libre o en cinta, a gran velocidad o no, en circuitos difíciles o sobre asfalto,... todas estas opciones a la hora de elegir se notan también en las repercusiones del ejercicio sobre nuestro cuerpo.
¿A qué se debe? Pues a que los cambios físicos que tiene nuestro cuerpo como resultado del ejercicio se deben a la estimulación continuada que tiene nuestro sistema muscular debido a él y esta estimulación es diferente dependiendo de muchos factores.
Hoy vamos a hablar de la diferencia en nuestro cuerpo que supone realizar carreras intensas o lentas y largas.
La mayor ventaja que conseguimos con las segundas (las carreras de intensidad moderada) es el aumento de la capilarización de los tejidos, lo que en la práctica significa un aumento del intercambio entre nutrientes y desechos a nivel muscular y por tanto una resistencia al esfuerzo ya que el músculo se encontrará más preparado.
En el caso de las carreras intensas lo que conseguimos en cambio es un aumento de la masa muscular que nos ayudará a soportar mayor carga externa, es decir, fuerza.
Desde mi punto de vista ambos tipos de carrera se complementan bien, pero si te interesa entrenar un punto determinado puedes tener estos consejos en cuenta.
Imagen vía | FitSugar
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