Esta semana salía a la luz un vídeo de la Media Maratón de Filadelfia en el que podemos ver a una corredora a la que, a escasos metros de la meta, le empiezan a flojear las piernas y tiene que ser ayudada por otros dos corredores que la llevan en volandas. Tras esto, un tercer corredor se acerca y, al ver que difícilmente se puede mantener en pie, opta por cargarla en brazos hasta unos metros antes de la línea de meta, donde la pone en el suelo para que pueda terminar por su propio pie.
Es difícil analizar estos vídeos porque nunca podremos estar seguros al 100% de lo que le había ocurrido a la mujer (¿le había dado una pájara en plena línea de meta? ¿llevaba arrastrando esa condición ya unos kilómetros?) ni de lo que estaba pensando en ese momento (imagino que lo único que buscaba era llegar a meta, puesto que se encontraba a escasos metros, sentarse y reponerse).
Pero esto sí nos da pie a saber cómo debemos actuar si vemos que a alguien le da una pájara durante una carrera o si somos nosotros mismos los que la sufrimos. Os damos los puntos clave tanto para prevenirla como para tratarla una vez que ha aparecido.
La pájara, aunque es un término que proviene del ciclismo, ya se usa para cualquier otro deporte: básicamente se utiliza para referirnos al estado de fatiga extrema al que llega el cuerpo tras un entrenamiento de larga duración, y que se produce cuando hay hipoglucemia (no nos quedan reservas de glucógeno en el cuerpo -ni en el hígado ni en los músculos- como para seguir moviéndonos).
Cómo actuar ante una pájara
Cuando nos da una pájara es necesario que detengamos la actividad en el mismo momento en que seamos conscientes de ello. No vale con aminorar el paso o bajar el ritmo si estamos corriendo: es obligatorio detenernos porque, de no ser así, las consecuencias pueden ser peores.
Ingerir alimentos y bebidas que contengan azúcares de rápida absorción para que el cuerpo los asimile lo antes posible y pueda recuperarse. Una buena opción pueden ser las frutas desecadas, las bebidas reponedoras o las barritas energéticas.
Las claves para prevenir la pájara
Más vale prevenir que curar, y más aun en el deporte. La mejor manera de prevenir una pájara es no llevar a nuestro cuerpo hasta el extremo, preparar bien todos los entrenamientos previos a una carrera y planificar los avituallamientos tanto líquidos como sólidos que llevaremos a cabo en la misma. Este último punto, básicamente, es el que nos puede salvar de una hipoglucemia: cenar bien la noche anterior a la carrera, desayunar de forma adecuada a nuestras necesidades y haber ensayado la suplementación con geles y bebidas nos ahorrará más de un susto.
Por otro lado, es importante que conozcamos los síntomas de una pájara para que podamos identificarlos y seamos capaces de detenernos antes de que vayan a más: visión nublada, mareos e incluso alucinaciones son los síntomas más claros. Si comienzas a notarlos, detente y piensa qué puede estar pasándote. Más vale perder unos segundos o no cruzar la meta de una carrera que pagarlo unos kilómetros más adelante.
¿Hicieron bien estos chicos llevando casi en volandas a la mujer hasta la línea de meta o deberían haberla asistido en el mismo sitio donde se había detenido? Personalmente, creo que el que mejor lo hizo fue el chico que la cogió en brazos y no la hizo seguir caminando, aunque fuera ayudada. Eso sí, al encontrarse solo a unos metros de la línea de meta también pudieron pensar que justo en la llegada sería donde mejor podrían atenderla los servicios médicos. Es complicado hacer una valoración solo con las imágenes de un vídeo.
En cualquier caso, como hemos dicho, mejor prevenir que curar: preparad adecuadamente las carreras y especialmente la hidratación y la nutrición.
Imagen y vídeo | ABC action News
En Vitónica | Hipoglucemia reactiva: cuando la pájara viene por comer demasiado azúcar
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