Si eres corredor por diversión o simplemente para mantenerte en forma igual nunca se te ha pasado por la cabeza competir. No competir en el sentido de llegar hasta el extremo e intentar ser el mejor, sino en el sentido de formar parte de una competición, sin ánimo de ganar, sólo de participar.
Competir puede ser una buena motivación para seguir corriendo y entrenando, se conoce a mucha gente con la que se pueden hacer entrenamientos conjuntos y se aprenden muchas cosas sobre el tema, sobre todo a nivel de conocimiento del propio cuerpo.
Puede llegar a ser algo aburrido salir todos los días a correr un rato y ya está. Si tienes una competición de por medio la cosa cambia, hay más motivación, se toman las sesiones de otra manera y siempre hay un extra de energía para afrontar el entrenamiento.
La competición no hay que tomársela como una prueba en la que mido mi capacidad, sino como un día de fiesta en la que comparto mi afición con mucha más gente. Es inevitable que este día nos esforcemos más, por eso puede ser un punto clave para avanzar en nuestros entrenamientos y tomarnos este día como la sesión de la semana donde metemos más intensidad.
Además, en las carreras siempre se comparten conociemientos sobre rutas, zapatillas, métodos de entrenamiento, clubs...y se mete uno más en este mundillo, sintiéndose parte de una gran comunidad. Probar carreras de diferentes distancias y superficies también nos hace darnos cuenta en qué destacamos más y qué nos gusta más, orientándonos hacia una prueba más específica.
Lo aconsejo encarecidamente, salir a carreras los fines de semana se una buena experiencia y oportunidad para viajar, conocer gente y seguir manteniendo el gusanillo por este deporte. ¿Alguna sugerencia para este fin de semana?
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