Un problema que en principio es menor pero que puede ir a más es la falta de flexibilidad en isquiotibiales de corredores y ciclistas. Este músculo, en deportes cíclicos como la carrera y la bici, se acostumbra a trabajar siempre en un rango de movimiento, lo que va limitando su flexibilidad y por tanto la amplitud de esa articulación, algo que puede repercutir en lesiones, sobrecargas y pérdida de calidad de movimiento.
Además de la elasticidad que utiliza el músculo al correr o pedalear, debemos de tener un poco más de reserva “por si las moscas”. Esta falta de flexibilidad en isquiotibiales incluso puede hacernos modificar la manera de andar o la posición de nuestra cadera, afectando también a espaldada y músculos posturales. Realizar dos-tres sesiones semanales de estiramientos, sobre todo de este grupo muscular, ayudará a prevenir el acortamiento de isquiotibiales.
También es aconsejable hacer ejercicios de estiramientos antes y después de la sesión de entrenamiento, aunque estos estiramientos no deben de ser muy intensos, más bien para calentar el músculo antes y despejarlo después, será en las sesiones específicas de estiramientos donde debemos de centrarnos en ganar flexibilidad. Sobre todo los hombres debemos de seguir estas pautas, ya que somos más propensos al acortamiento de este músculo.
Aunque al principio parece que ganar flexibilidad es una tarea imposible es como todo, el músculo se adapta y con trabajo continuo en un par de semana ya comenzamos a notar los beneficios y poco a poco se mejoran y se mantienen. Todo es cuestión de planificarse bien y meter otro tipo de entrenamiento en nuestra rutina semanal.
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Imágen | Susan Sharpless Smith