¿Has probado alguna vez a correr marcha atrás?, pues puede tener más beneficios de lo que piensas. El correr marcha atrás trabaja músculos y ligamentos de manera diferente, ayudando a fortalecer la rodilla. No se trata de hacer grandes distancias marcha atrás, sino unos metros en cada entrenamiento, podiendo incluso meterlo en el calentamiento.
Si no se está acostumbrado a correr marcha atrás se puede empezar por hacer series cortas de 50 metros a baja velocidad. Si dominamos la carrera marcha atrás podemos hacer series de 100-200 metros a más velocidad. En la carrera marcha atrás los isquiotibiales suelen trabajarse más, algo que se nota a la hora de estabilizar la rodilla.
Este ejercicio de carrera marcha atrás lo podemos meter en entrenamientos donde hagamos rodajes largos, sobre todo al inicio a modo de calentamiento, o en días donde toque gimnasio. Como hemos dicho en varias ocasiones, introducir estos pequeños ejercicios dan variabilidad al entrenamiento y suponen pequeñas mejoras y prevención frente a lesiones.
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Imágen | M.V. Jantzen