Andar y correr por la orilla de la playa son las "actividades estrella" de las jornadas vacacionales. A pesar de que estos hábitos son beneficiosos para nuestra salud, es fundamental que si los hacemos en un medio como la playa, lo hagamos siempre de un modo correcto para evitar posibles complicaciones. ¿Correr calzado o descalzo? ¿sobre arena húmeda o seca?
Si somos de los que nos gusta hacer nuestros propios entrenamientos y circuitos en la playa o simplemente disfrutar de una carrera continua por la orilla del mar, es fundamental que evitemos ciertos hábitos que pueden acarrearnos problemas. Por este motivo: correr en la playa sí, pero con estas precauciones para evitar posibles riesgos.
Evidentemente la playa nos ofrece gran cantidad de beneficios a la hora de entrenar y practicar deporte y, dentro de todas las alternativas deportivas que tenemos para disfrutar activamente de una jornada playera, sin lugar a dudas, la carrera es una de las opciones más demandadas.
Los ejercicios enmarcados dentro de series cortas, sprints, multisaltos o ejercicios multiarticulares con una correcta progresión, nos van a proporcionar todos los beneficios a nivel neuromuscular y musculoesquelético de los que hemos hablado en otras ocasiones, así como un fortalecimiento articular y muscular.
Riesgos de la carrera continua en la playa
Inestabilidad en el apoyo: lesiones
Cuando corremos por la playa nuestro cuerpo, consecuentemente, está trabajando de un modo completamente desequilibrado. Por un lado este desequilibrio se produce porque corremos sobre un plano de inclinación propio del desnivel de la orilla del mar y, por otro lado, por la inestabilidad que genera la propia arena.
Debido a estas dos situaciones, articulaciones, tendones y musculatura general, sufren mucho más que si la carrera continuada fuera sobre una superficie regular. Una inestabilidad en el apoyo que puede provocar más fácilmente ciertas lesiones como esguinces o tendinitis.
Cambio en la pisada: fascitis
Como consecuencia de la irregularidad de la superficie en la que trabajamos, la pisada que ejercemos sobre la arena va a cambiar drásticamente con respecto a nuestro apoyo convencional. De este modo, si abusamos de una carrera continuada incurriremos en un exceso de pronación en la pisada debido al inevitable hundimiento del pie en la arena.
Falta de sujeción: sobrecargas
Aunque en nuestros orígenes el hombre estaba acostumbrado a caminar descalzo, hoy en día nuestros pies están habituados a la protección y sujeción del calzado durante todo el año, lo que hace que nuestra planta del pie no esté lo suficientemente preparada o fortalecida para hacer frente a una carrera continuada y descalza por la playa.
Además de que nuestros pies están muscularmente más debilitados, la carrera descalzos supone un drástico cambio en el apoyo tradicional donde se va a tender a evitar el primer impacto superficial con la zona del talón. Esta variación a la que no estamos acostumbrados, puede ser motivo suficiente para que aparezcan sobrecargas en músculos y tendones.
Algunos consejos para correr por la playa
No abuses de correr descalzo: nuestros pies están acostumbrados a la sujeción, amortiguación, estabilidad y al apoyo de pisada que confiere el calzado, motivo por el cual existe cierta debilidad muscular al correr descalzo. Es importante no abusar de esta práctica o crear el hábito continuado. Es importante procuprar intercalar siempre con carrera con zapatillas.
Además de este dato, recordad que la superficie irregular de la arena puede provocar mayor riesgo de lesiones, sobre todo, si vamos descalzos.Cuidado si tienes problemas articulares o lesiones previas: el propio desnivel de la orilla del mar hará que nos forcemos a realizar una pisada poco natural que puede acarrearnos problemas si hemos sufrido alguna dolencia en rodillas o tobillos recientemente.
- Combina las superficies: es importante seguir una progresión y alternar las distintas superficies que nos ofrece la playa para evitar posibles sobrecargas. De este modo iremos alternando el trabajo y la intensidad que requieren tanto las superficies húmedas como las secas.
Si nunca has corrido por la playa se recomienda comenzar a correr por tramos duros y secos para pasar progresivamente a la carrera en arena seca.
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