Seguro que muchos de nosotros hemos ganado algunos kilos en vacaciones. Ya se sabe que la falta de actividad, el relax, las largas horas sin hacer nada y la buena comida hacen que nuestro organismo gane algunos kilos de más. Por ello a la vuelta la gran mayoría quiere recuperar su peso habitual, y para ello una de las mejores maneras es realizar ejercicio aeróbico con el fin de quemar la grasa sobrante del organismo. Concretamente en esta ocasión nos vamos a detener en cómo realizar la actividad aeróbica para optimizar al máximo la quema de grasa.
En anteriores ocasiones hemos comentado este aspecto y la necesidad de hacer el ejercicio de una determinada manera. Habitualmente lo que solemos decir es que para quemar más grasa a la hora de realizar ejercicio aeróbico la actividad debe ser constante y controlada para poder prolongarla en el tiempo y conseguir así quemar más grasa, pues cuanto más se dilate el ejercicio más tiempo estaremos echando mano de las reservas de grasa del cuerpo para obtener energía una vez consumida la glucosa.
La teoría casi todos la sabemos perfectamente y la dominamos, pero el problema aparece cuando nos ponemos a practicar la actividad aeróbica en cuestión y empezamos a hacerla sin pensar si la intensidad que estamos utilizando es o no la adecuada. Siempre se ha dicho que para perder peso debemos correr despacio o caminar deprisa, pero nosotros vamos a ir un poco más allá y lo que vamos a proponer es realizar una sesión aeróbica a intervalos.
Entrenamiento a intervalos
Cuando hablamos de intervalos muchas personas no saben muy bien a qué nos referimos. Antes de nada hay que saber diferenciar entre intervalos de resistencia y de perdida de peso. Los de resistencia serán mucho más intensos y rápidos para ganar fondo, mientras que los de pérdida de peso serán más livianos y menos rápidos. Pero al fin y al cabo serán intervalos que intercalaremos durante un periodo largo de tiempo, unos cuarenta minutos más o menos.
Para la realización de los intervalos simplemente tendremos en cuenta que es necesario intercalar momentos de menos intensidad con otros de más intensidad para volver a los momentos de menor intensidad, recuperarnos y empezar de nuevo con más intensidad. Los intervalos deben ser progresivos, es decir, debemos empezar poco a poco para ir aumentando la intensidad de los mismos, tanto el de descanso como el de alta intensidad.
Tener en cuenta las pulsaciones
Para que no nos confundamos con el entrenamiento de resistencia y fondo, lo que haremos será regirnos por las pulsaciones, ya que no es necesario llegar al límite. Es decir, lo ideal es mantenernos a lo largo de todo el ejercicio entorno al sesenta y setenta por ciento del total de pulsaciones. Si llegamos al ochenta, la efectividad no será la misma, afectando al rendimiento y a la dilatación del ejercicio en el tiempo.
Imagen | Pablo Lancaster-Jones Photo
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