Sufrir una tendinitis es una de las peores noticias para cualquier deportista, ya que esta lesión limitará enormemente el desarrollo de los entrenamientos, ya que es necesario un cierto reposo para recuperarnos. Uno de los tendones más grandes del cuerpo es el tendón de aquiles, que comunica el tobillo con los gemelos. Las lesiones en esta parte del cuerpo son muy habituales en personas que practican carrera, ya que la sobrecarga es elevada. Por eso en Vitónica vamos a ver algunos consejos para evitar esta lesión.
El tendón de aquiles soporta gran tensión a lo largo del ejercicio, ya que gran parte del impacto de la zancada recae sobre esta zona que en ocasiones llega a soportar doce veces nuestro propio peso. Pero no solo esto es lo que puede causar lesiones si no tenemos cuidado, sino que el tipo de pisada y el terreno tienen mucho que ver a la hora de evitar lesionarnos el tendón de aquiles. La rigidez de la pierna suele ser una de las principales causas de lesión en este tendón, y por ello vamos a ver algunos modos de evitar una lesión.
Al mantener las piernas demasiado rígidas a la hora de correr lo que conseguimos es trasladar toda la tensión a la parte del talón, sobrecargando aún más los tendones que lo conforman. Por ello, y para evitarlo, es necesario que seamos capaces de dotar de flexibilidad al resto de músculos que conforman la pierna y realicemos el movimiento con total naturalidad para no lesionarnos. La manera de hacerlo será mediante la realización de estiramientos que nos permitan aumentar la flexibilidad y la movilidad de todos los músculos de la pierna.
Es importante que sepamos que las personas supinadoras, aquellas que tienden a apoyar el pie de forma lateral, corren más riesgo a la hora de padecer una lesión del tendón de aquiles, pues la tensión que soporta esta parte del cuerpo es mayor. Además, la tendencia a supinar cuando comenzamos a correr es mayor, ya que hasta que ganamos velocidad y ritmo tendemos a poyarnos en los laterales de los pies para darnos más impulso. Por ello es esencial que acudamos a correr con los deberes hechos y evitando la rigidez de la pierna.
Estirar uno por uno cada grupo muscular de la pierna es una buena solución, haciendo especial hincapié en la parte del tobillo con estiramientos localizados en esta zona y giros de tobillo suaves. Junto a esto debemos reparar en el movimiento de las piernas, que debe ser completo evitando en todo momento la rigidez. Junto a esto debemos cuidar que el calzado sea el adecuado, ya que debe ser capaz de absorber el impacto contra el suelo. La sujeción del tobillo es otro punto a tener en cuenta, y para ello debemos atarnos bien las zapatillas para no propiciar la excesiva movilidad en la parte de los tobillos.
Vía | Runners
Imagen | stylesr1
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