Entrenar haciendo cuestas es perfecto para mejorar la potencia muscular del corredor, pero en las cuestas la inclinación del terreno varía y la mecánica de la carrera también, por eso hay que tener ciertos aspectos en cuenta para mejorar la carrera en las subidas.
Lo primero y más importante es disminuir la longitud de la zancada, ya que una zancada muy larga hará que el apoyo esté por delante del centro de gravedad y se pierda parte de la fuerza. No se trata de dar muchas zancadas en poco tiempo, pero sí de evitar ir saltando en exceso.
La posición del corredor también varía, el tronco se inclina ligeramente hacia delante para que así los glúteos ayuden a subir y cuádriceps e isquiotibiales mejoren su eficacia. Hay que encontrar un equilibrio en esta inclinación según la pendiente de la subida y sobre todo procurar que tronco y piernas estén en ángulo recto.
Las cuestas deben trabajarse al menos una vez en semana, sobre todo si somos corredores de cross, carreras de montaña o carreras con mucho desnivel. Al inicio los músculos sufren porque se está trabajando desde otros ángulos y se solicitan más fibras musculares, pero acostumbrarse a este tipo de entrenamiento hará ganar una nada despreciable potencia muscular que luego notaremos en la competición.
Podemos empezar por hacer un par de series en cuesta (unos 100-200 metros por cuesta) y poco a poco ir aumentando las series o la longitud de la cuesta. No olvides calentar bien tobillos y rodillas antes de hacer cuestas, se va a requerir de un poco más de flexibilidad en estas articulaciones y los ángulos de trabajo van a variar.
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