Sabemos que la hidratación es un aspecto crucial a tener en cuenta cuando realizamos cualquier actividad física, por eso, en nuestra especial de running en verano hoy hacemos hincapié en los efectos de la deshidratación sobre el rendimiento físico.
En primer lugar debemos saber que una hidratación adecuada implica una correcta oxigenación de cada parte del cuerpo, así como una adecuada irrigación y llegada de nutrientes a cada músculo. Además, podemos regular perfectamente la temperatura corporal y nuestro sistema cardiovascular trabaja más relajado.
Mientras que si la hidratación no es adecuada, es decir, si estamos ante la presencia de un organismo deshidratado, todas estas funciones se alteran y cuando se ha perdido un 1% de líquido ya se incrementa el trabajo cardíaco y comienza a afectarse el rendimiento.
Cuando ya se ha perdido un 2% de líquido, el rendimiento físico se reduce en un 20%. Y si la pérdida asciende a un 3% se reduce la concentración, el volumen sanguíneo, la capacidad de respuesta y se incrementa el riesgo de sufrir calambres, contracturas y lipotimias.
Si el porcentaje de líquido perdido asciende a un 4%, el rendimiento disminuye en un 40%, es decir, nuestro desempeño al correr será afectado notablemente y experimentaremos entre otras cosas, un cansancio o agotamiento intenso.
Además, la deshidratación reduce la capacidad del sistema nervioso central de estimular la contracción muscular y cuando la pérdida de líquido ya implica un 5% los mecanismos de termorregulación se alteran, reduciendo la capacidad de tolerar el calor así como aumentando el riesgo de sufrir un golpe de calor.
Como podemos ver, la deshidratación puede implicar notorios efectos negativos para el rendimiento físico así como para la salud del organismo, por eso, si quieres correr en verano, no olvides la importancia de evitar la pérdida de líquidos con una adecuada hidratación.
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