Nos encontramos a pocos días de la maratón de Barcelona y seguro que todos los que vais a participar tenéis ya un plan de carrera hecho al milímetro para saber cuándo apretar, cuándo correr más relajados, cuándo tomar los geles y hasta en qué punto kilómetrico habéis colocado a vuestros acompañantes para que os den ánimos.
Dentro de la planificación de la carrera también viene incluida esa duda que nos asalta a todos antes de cruzar la línea de salida, ¿corro solo o mejor corro acompañado? Seguramente conozcas a alguien que también va a correr esa misma carrera, pero ¿es buena idea correr o con un compañero, o es mejor adecuarnos a nuestro plan y hacer la del llanero solitario? Veamos cuáles son los pros y los contras de ambas opciones.
Comencemos por apuntar que aquí no hay opciones correctas o incorrectas: como "cada maestrillo tiene su librillo", también cada corredor puede tener su propia planificación en base a sus necesidades, y puede cambiar en las diferentes distancias o dependiendo de cuál sea su objetivo en una carrera concreta.
Yo misma he corrido maratones totalmente sola (como esta última de Sevilla) y también he ido acompañada hasta cierto punto (en mi primera maratón en Madrid). Ídem con las medias maratones: la primera la hice sola, mientras que las demás han sido siempre acompañada. Y cada cosa tiene sus pros y sus contras.
Corre en compañía para mejorar y no desfallecer
Correr acompañado, al menos hasta cierto kilómetro, puede ser una buena idea en las carreras de larga distancia: de esta manera los kilómetros pasarán volando y el recorrido, entre charlas y anécdotas, se te hará mucho más ameno. Si además corres en compañía los últimos kilómetros, puedes apoyarte en tus compañeros cuando llegue el muro, que llegará, tenlo por seguro.
También es buena idea correr acompañado si tienes a alguien que te haga de liebre para mejorar tu marca: una persona de confianza que te marque el ritmo y que sepa cómo corres y qué es lo que necesitas en cada momento de la carrera para ayudarte a mejorar tus tiempos. En la mayoría de las carreras hay liebres que hacen un trabajo excelente, pero si además esa "liebre personal" tuya es alguien conocido que sabe cuándo te puede pedir un poco más y cuál es tu cara de "me estás apretando demasiado", mejor que mejor.
Lo más importante en estos casos es llegar a un acuerdo de ritmo con el compañero antes de la carrera, planificar qué se va a hacer en cada uno de los tramos y saber cuál es el plan en el caso de que se presente alguna inconveniencia cuando ya hemos empezado a correr.
Cuándo es mejor correr solo
Muchos corredores se toman el momento de la carrera como un tiempo de reflexión, concentración e introspección en el que se centran totalmente en lo que están haciendo (quizás acompañados de la música, que también puede ayudarnos a correr más y a concentrarnos) y olvidan todo lo que hay a su alrededor. Evidentemente, en estos casos, correr solo es una opción a tener muy en cuenta.
A la hora de batir marcas, no es imprescindible que lo hagamos con una liebre: corriendo solos y con la única ayuda de nuestro reloj deportivo (la mayoría de los modelos ya nos marcan el ritmo al que estamos corriendo en tiempo real, el ritmo del último kilómetro y el ritmo medio que llevamos en carrera) podemos también mejorar nuestras marcas personales. Correr acompañado, en algunos casos, puede suponer adecuar tu ritmo al de tu compañero en ciertos momentos, y puede dar al traste si lo que quieres es hacer un buen tiempo.
En las carreras de larga distancia, si has realizado tus tiradas largas previas durante el entrenamiento tú solo, no tienes por qué tener ningún problema el día de la carrera, puesto que habrás entrenado esa mentalidad de la "soledad del corredor de fondo" anteriormente.
Vosotros, ¿qué preferís? ¿Correr solos o acompañados?
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