Cómo funcionan las bicis eléctricas y por qué no te sirven para entrenar (pero sí pueden mejorar tu salud)

Las bicicletas eléctricas están cada vez más de moda en nuestras ciudades, generalmente como medio de transporte alternativo al coche, a la moto o al transporte público: sin ir más lejos, las bicicletas pertenecientes al servicio de BiciMad en Madrid cuentan con un motor que asiste en el pedaleo a los ciclistas.

Pero vayamos un poco más allá, ¿es posible ponernos en forma con una bicicleta eléctrica? ¿Mejorará nuestra condición física aun con esa asistencia a la hora de dar pedales? Vemos qué dicen los estudios al respecto y qué beneficios o perjuicios podemos encontrar en las bicicletas eléctricas a la hora de mejorar nuestra forma física.

¿Cómo funciona una bicicleta eléctrica?

Antes de nada, aclaremos cómo funciona una bicicleta eléctrica: este tipo de bicicletas es idéntica a las bicis tradicionales, solo que incluyen un motor eléctrico que nos ayuda en determinados momentos del pedaleo.

¿Quiere esto decir que una bici eléctrica es como una pequeña motocicleta? No, porque además posee un sensor del pedaleo que hace que el motor eléctrico solamente se active cuando nosotros ya estamos pedaleando, es decir, que no sustituye la tracción humana, sino que solo funciona como una ayuda en determinados momentos.

El motor se alimenta a través de una batería recargable que generalmente se aloja en el tubo transversal del cuadro de la bicicleta; en otros casos es exterior, colocándose donde iría la clásica botella de agua. Tienen diferentes capacidades (de lo que depende la autonomía de nuestra bicicleta eléctrica), distintos pesos y materiales. Las más recomendadas son las fabricadas en ion litio, que tienen una mayor durabilidad, menor peso y ocupan menos espacio que las tradicionales baterías de plomo.

Estas bicicletas se ven sometidas a las mismas normas de circulación que las bicis tradicionales, que debemos cumplir tanto por nuestra seguridad como por la de los demás vehículos y peatones.

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Modelos, ventajas y desventajas de la bicicleta eléctrica

Bicicleta eléctrica tipo mountain-bike

Quizás en nuestro día a día solo vemos bicicletas eléctricas de paseo, las más utilizadas para realizar desplazamientos en ciudad, pero lo cierto es que ya existen bicis eléctricas de otros tipos, por ejemplo, de montaña tipo mountain-bike, como la que podéis ver más arriba.

Estas bicicletas incorporan el motor de asistencia y la batería que le hace moverse para facilitar algunas de las subidas más duras en montaña, y pueden ser útiles en determinadas travesías de una gran dureza.

Por supuesto, la ventaja de estas bicicletas eléctricas es la asistencia en el pedaleo, sobre todo si pensamos en lugares con grandes cuestas (montaña, algunas ciudades como Madrid que no son muy favorables al uso de la bici debido a su orografía): esta asistencia facilita bastante la posibilidad de realizar desplazamientos en bici aun si no somos ciclistas habituales.

La mayor desventaja es el peso que la batería añade a la bicicleta, y que debemos mover con la fuerza de nuestras piernas cuando no usamos la asistencia de pedaleo. Actualmente se trabaja en hacer baterías de mayor duración y materiales más ligeros que reduzcan su peso.

¿Podemos entrenar con una bicicleta eléctrica?

La mayoría de los estudios relacionados con las bicicletas eléctricas hacen referencia a cómo interactúan con vehículos y peatones y a su impacto en el medio ambiente, pero sí hemos encontrado un estudio sobre su impacto en la salud de los ciclistas.

Se trata de un estudio publicado en el European Journal of Applied Physiology en 2016 y accesible on-line. El estudio se centra en los cambios producidos en el organismo de 20 personas sedentarias que pasan a utilizar una bicicleta eléctrica para moverse por la ciudad durante cuatro semanas, al menos tres días a la semana y por un período de 40 minutos de duración en cada uso.

El estudio concluye que estas tres sesiones de 40 minutos a la semana, tres veces por semana en personas sedentarias sí que mejoraron algunos de los factores de riesgo metabólico de los participantes, como el aumento de su consumo máximo de oxígeno. Además, hizo que estas personas sedentarias tuvieran una mayor actividad física a lo largo del día.

Como vemos, el estudio se refiere a personas sedentarias, no deportistas, y a actividad física, no deportiva, por lo que se necesitarían más estudios para comprobar la efectividad de este tipo de bicicletas eléctricas en la mejora de la salud.

Las bicicletas eléctricas, gracias a su asistencia en el pedaleo, sí que podrían a ayudar a prolongar el entrenamiento, pudiendo permanecer más tiempo dando pedales con un menor esfuerzo. Pero debemos recordar que "más no es mejor: mejor es mejor", y que las actuales tendencias del entrenamiento (HIIT, Tabata) se dirigen más a un entrenamiento más eficiente (mejores resultados en menos tiempo) que a un entrenamiento más largo a expensas de la intensidad del mismo. Esto encaja también con nuestro estilo de vida actual, donde disponemos de poco tiempo para entrenar pero queremos ver resultados.

¿Tiene sentido entrenar ciclismo sobre una bicicleta eléctrica? En principio no mucho, a no ser que nuestro objetivo sea el de aguantar el mayor tiempo posible dando pedales.

Hemos hablado con los chicos de El Tío del Mazo, uno de los blogs más importantes sobre ciclismo, para que nos den su opinión sobre el entrenamiento con una bicicleta eléctrica, y estos han sido sus comentarios:

Conviene desmentir una creencia, y es la de que montando en bici eléctrica no se hace deporte. Eso es rotundamente falso, se queman calorías y también se suda. Pero lógicamente el gasto es mucho menor que en una bicicleta convencional.

También depende, claro está, del uso que hagas de la asistencia. Prueba a pedalear con una bici eléctrica no cargada... O simplemente dobla el número de horas que le dedicas o la cantidad de kilómetros, al final acabarás haciendo ejercicio

Eso sí, no parece lo más práctico para planificar un entrenamiento, ya que le tendrás que dedicar más tiempo, algo de lo que nadie anda sobrado hoy en día. Solo en los casos de personas que deban controlar su ritmo cardíaco parece ser aconsejable, ya que al rodar siempre en una zona de “seguridad cardiovascular" se evitan riesgos, se hace deporte y se queman calorías. Para cualquier otro tipo de entrenamiento será siempre más práctico y efectivo la bicicleta tradicional.

Imágenes | Unsplash, Wikimedia Commons
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