Nuestra digestión es un proceso mucho más complejo de lo que podría parecer a simple vista. De hecho, la presencia elevada de algunos compuestos en sangre derivados de nuestro metabolismo, sirve como indicador para detectar posibles problemas de salud.
Anteriormente lo analizamos en el caso del colesterol, ya que este compuesto ha servido tradicionalmente como indicador de un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares —aunque actualmente existe bastante controversia sobre si esto es realmente así—.
Este es también el caso de la creatinina, un compuesto orgánico derivado de la creatina que sirve como marcador en ciertos problemas renales. Por ello, en el post de hoy te contamos qué es la creatinina y cómo podemos controlarla a través de nuestra alimentación.
Qué es la creatinina
La creatinina es un compuesto orgánico que se obtiene a partir de la degradación de la creatina, es decir, mediante el metabolismo normal de nuestros músculos.
Precisamente, de ahí proviene el creciente interés en la suplementación mediante creatina dentro del sector del fitness y la musculación. Sobre la creatina y sus efectos ergogénicos ya te hemos hablado en algunos artículos como este.
Después de que se degrade la creatina propia de los músculos, que suelen encontrarse en valores muy constantes, se produce la creatinina, que posteriormente pasa a los riñones y se filtra para ser excretada a través de la orina.
Cuándo la creatinina se convierte en un problema para la salud
Hasta aquí, todo cumple perfectamente con los procesos metabólicos normales que se producen en nuestro organismo. Sin embargo, cuando las analíticas en sangre arrojan cifras elevadas de creatinina, es probable que estemos ante un problema de salud relacionado con el mal funcionamiento de nuestros riñones ante la imposibilidad de filtrar adecuadamente toda la creatinina que deberían excretar en condiciones normales.
Los niveles considerados como normales de creatinina en sangre varían según la edad, sexo y condición física de la persona. Sin embargo, podemos contemplar como normales los intervalos entre 0,7 y 1,3 mg / dl para hombres, 0,5 y 1,2 mg/dl para mujeres, y por último entre 0,2 y 1 mg de creatinina / dl de sangre en niños.
Niveles más elevados o más bajos de creatinina pueden deberse a obstrucciones de las vías urinarias, insuficiencia renal o incluso problemas musculares derivados de un exceso de ejercicio físico o de distrofias musculares.
Algunos síntomas que podrían indicar niveles altos de creatinina en sangre son fatiga, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, picores en la piel y además alteraciones en la orina en cuanto al color de la misma, intensidad o incluso dolor al miccionar.
Qué factores contribuyen a una mayor generación de creatinina
La alimentación, por supuesto, juega un papel fundamental a la hora de generar mayores concentraciones de creatinina. Aquellos alimentos ricos en proteínas, como por ejemplo las carnes rojas o el marisco, pueden contribuir a elevar los niveles de creatinina en nuestro organismo. Por ello, si partimos de un malfuncionamiento de nuestros riñones, será recomendable disminuir el consumo de estos alimentos en la dieta.
Entre otras recomendaciones para pacientes con problemas renales, se incluye beber la suficiente agua, elevar el consumo de verduras, hortalizas y frutas, e ingerir más fibra alimentaria, ya que su consumo se relaciona con menores niveles de creatinina.
Además de la alimentación, encontramos en la toma de fármacos, la intensidad del ejercicio físico, o la propia suplementación, factores importantes que pueden modular nuestros niveles de creatinina en sangre.
Por ello, es recomendable que aquellos pacientes con problemas renales eliminen la suplementación con creatina de su rutina para prevenir posibles efectos secundarios y perjuicios mayores en los riñones.
No hay que preocuparse por los suplementos de creatina, salvo problema renal
La suplementación con creatina como ayuda ergogénica o de mejora del rendimiento físico es ya un clásico dentro del sector del fitness. Este compuesto, sin lugar a dudas, es uno de los pocos suplementos que realmente cuenta con evidencia científica en relación a su efectividad para la mejora del rendimiento en condiciones concretas.
Por ello, podemos afirmar que el consumo de este suplemento es totalmente seguro para la población general, e incluso útil en algunos contextos. Sin embargo, ante la posibilidad de sufrir problemas renales, debe descartarse para no incrementar el trabajo de nuestros riñones, que ya de por sí está mermado por culpa de esta condición.
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