El entrenamiento con peso es una buena manera de trabajar los músculos de nuestro cuerpo, pero además de ayudarnos a tonificar y ser una herramienta adecuada para hacer crecer las diferentes partes de nuestro cuerpo, el peso que utilizamos puede ser un enemigo de nuestras manos. Las durezas son algo que aparece directamente ligado al ejercicio y a la realización de diferentes actividades con peso. Por ello queremos dar algunos consejos para evitar que aparezcan.
La aparición de las durezas y callosidades en las manos es un mecanismo que nuestro organismo tiene para proteger la piel de un roce o una fricción constante en determinada zona del cuerpo. Concretamente en este caso aparecen en las almohadillas de las manos o en las de los dedos, ya que es la parte de las manos que agarra las mancuernas y los diferentes agarres a la hora de llevar a cabo los diferentes ejercicios.
Si el organismo no generase estas durezas, formadas por células de piel muerta, lo que pasaría es que la piel se rasgaría y se llenaría de heridas. Pero no es necesario que las durezas aparezcan, ya que hay formas de mejorar el estado de la piel en estas zonas y de evitar que aparezcan. No es necesario que para estar bien entrenados y fuertes tengamos que tener necesariamente durezas y callosidades en el cuerpo.
Proteger la zona
La protección es el primer paso, y es que es necesario proteger especialmente las partes que tienen más roce. Por ello el uso de guantes con refuerzo en estas partes es recomendable. Es cierto que muchas personas no pueden o no están acostumbradas a hacer deporte con guantes, por lo que podrán optar por simplemente protectores que se colocan en las almohadillas, o en su defecto unas esponjas que nos ayudarán a eliminar parte de la fricción y de las durezas que aparecen con ella.
Hidratar
La correcta hidratación en la zona es fundamental si queremos evitar tener las palmas de las manos llenas de durezas. La piel correctamente hidratada permitirá un mayor deslizamiento de la piel, algo que sumado al uso de protección, nos ayudará a evitar mucho mejor la fricción sobre una determinada zona. Pero no solo eso, sino que una correcta hidratación a través de cremas de manos harán que nuestra piel se regenera más rápido, consiguiendo unas manos más suaves.
Eliminar las pieles muertas
La eliminación de las pieles muertas es esencial. La acumulación de las mismas a lo largo del tiempo es lo que hace que aparezcan en nuestras manos las durezas que tanto nos afean las manos. Además, las pieles muertas acumuladas impiden la correcta hidratación de la zona en la que nos las encontramos, además de endurecer y resecar más esa parte. Por ello es necesario que las eliminemos mediante el uso de rascadores como la piedra pómez.
La manera de acabar con estas pieles muertas, y en definitiva con las durezas que pueblan nuestra manos es meterlas a remojo en agua tibia. Podemos meterlas en un recipiente con agua o directamente mientras estamos en la ducha. Lo esencial es que se ahuequen y poder entonces pasar la piedra pómez, que las eliminará y dejará la piel que está debajo y que es tersa y suave. Esto nos permitirá hidratar mejor la zona, y por lo tanto evitar mucho mejor la aparición de futuras durezas.
Imagen | kainita