Termina el verano y muchos de nosotros no queremos perder el bronceado natural que hemos conseguido estos meses y que tanto nos favorece estéticamente. El recurso más habitual es tomar sesiones de rayos uva, pero, ¿son realmente buenos para nuestra salud?
En lo referido a este tema hay muchas opiniones, ya que dermatólogos y profesionales de la estética discrepan en lo que al tema se refiere. Los dermatólogos aseguran que el uso continuado de sesiones de bronceado artificial puede tener consecuencias nefastas para nuestro organismo, ya que los rayos uva tienen un efecto acumulativo como las radiaciones emitidas por el sol que a la larga pueden causar melanoma.
Además, consideran que los rayos uva son los causantes directos de muchos trastornos dérmicos como la falta de coloración, así como de numerosos trastornos oculares como lesiones de cornea, cataratas... De hecho en países como EEUU se han incluido los rayos uva en una lista de agentes causantes de cáncer.
La opinión de los profesionales de la estética es diferente, pues consideran los rayos uva una buena terapia para mejorar los casos de acné, los problemas de coloración de la piel así como problemas de huesos, reumas... Aseguran que un buen bronceado hace que aumente la autoestima de los usuarios mejorando así su estado de ánimo. Eso sí, recomiendan un uso controlado.
La normativa vigente en nuestro país no cataloga los rayos uva como algo nocivo pero sí lo considera peligroso y una actividad de riesgo para nuestra salud. Por este motivo ha limitado la potencia de las radiaciones y ha catalogado los rayos uva como una actividad para personas mayores de edad y para la que debemos tomar diversas precauciones entre las que vamos a destacar las siguientes:
Es importante mantener una buena higiene de la piel que debe ir protegida con cremas solares para evitar posibles radiaciones. Además, nuestros ojos tienen que llevar unas gafas protectoras que los aíslen y eviten el riesgo de sufrir lesiones oculares. No se debe asistir a una sesión de rayos uva con maquillaje en la piel. Es aconsejable no realizar sesiones muy seguidas o de muy alta intensidad.
Es aconsejable también no exponerse al sol después de haber tomado rayos uva al igual que no se aconseja el bronceado artificial si se están tomando medicamentos. No se debe acudir con joyas ni objetos metálicos. Después de cada sesión es importante hidratar la piel pues la pérdida de agua es grande.
En ningún caso se deben realizar más de 30 sesiones de rayos uva al año, ya que de lo contrario el envejecimiento de la piel se acelera y corremos más riesgo de contraer cualquier enfermedad dérmica.
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