El sol es uno de los elementos que está presente en verano en las diferentes actividades que llevamos a cabo al aire libre. Por este motivo tomar las precauciones adecuadas es esencial si queremos mantener nuestra piel alejada de las molestas y dolorosas quemaduras solares. Pero hay muchas veces que no tomamos las medidas adecuadas y el sol nos acaba quemando la piel. En estos casos, que debemos evitar a toda costa, es importante que sigamos una serie de consejos para aliviar la piel y devolverla a su estado normal.
Desde Vitónica siempre hemos insistido en la importancia que la piel tiene y las medidas que debemos tomar para protegerla de los efectos nocivos de los rayos ultravioleta. A pesar de esto hay muchas personas que o por olvido, o por desidia no toman las medidas adecuadas a la hora de proteger su piel. En estos casos se verán obligados a cuidar la piel después de que ésta esté quemada y afectada por el sol, ya que el dolor es alto e insoportable. Por ello la prevención es esencial para no tener que curar la piel y aliviar las quemaduras.
Uno de los signos inequívocos de quemaduras solares en la piel es el tono rojizo de la zona afectada, además del dolor que supone el roce de esta parte con cualquier prenda e incluso a veces con el simple movimiento de cualquier parte del cuerpo. El calor en la zona afectada es otro signo claro de que nos hemos pasado con el tiempo de exposición al sol. Por ello es necesario tomar una serie de medidas que no pasarán por remedios naturales como poner vinagre o aceite, que lo único que pueden hacer es irritar la piel y empeorar el estado de la quemadura.
En primer lugar lo que tenemos que hacer es darnos una ducha con agua tibia sin frotar la piel afectada. Simplemente debemos enchufar el agua en la zona para lograr que la temperatura baje y se calme la piel. Frotar es un error porque lo que haremos será irritar aún más la piel y empeorar la situación de la quemadura. Si una vez tomada la ducha nos sigue quemando la zona afectada, lo que haremos será poner paños empapados en la zona afectadas para mantenerla fresca e hidratada y así conseguir que se relaje.
La hidratación es esencial cuando nos hemos quemado la piel, pues ésta conseguirá devolver a las células de la piel su estado habitual poco a poco. Para ello podemos echar mano de after sun o de cualquier crema indicada para hidratar la piel después de ponerla al sol. Estas soluciones nos ayudará a reponernos, pero su efecto regenerador no es todo lo efectivo que querríamos, ya que el proceso de recuperación de la piel es más lento.
La loción ideal para recuperar la piel y hacer que se regenere es una solución de aloe vera y vitamina E. El aloe vera calmará la piel mediante una hidratación profunda, además de ayudar a que se regenere y vuelva a su estado habitual de manera rápida. Es importante que cuando nos hayamos quemado la piel aportemos hidratación a menudo, es decir, que cuando notemos que la piel está seca volvamos a aplicar la solución para conseguir que siempre esté hidratada. Ni que decir tiene que mientras la piel esté quemada no debemos exponernos más al sol, pues la quemadura puede agravarse.
Imagen | Pablo Municio