El otoño es época de cambios en el clima en los que pasamos de días cálidos y largos a jornadas más cortas y con temperaturas más bajas. A esto debemos sumarle la aparición de las lluvias. Estos cambios suelen traer consigo otra serie de cambios a nivel físico. Uno de los síntomas más habituales de que el otoño ha llegado a nuestra vida es la caída del pelo. Es cierto que se trata de una conducta normal en nuestro organismo, pero a pesar de ello en Vitónica queremos dar una serie deconsejos de cuidado capilar para evitar la excesiva caída.
Es cierto que con el paso del tiempo el cabello va perdiendo fuerza y densidad por norma general. Este es un proceso que suele repetirse en casi todas las personas. Existen varios factores que lo hacen posible. Por un lado tenemos la genética, que juega un papel importante a la hora de determinar el tipo de pelo que tenemos. La alimentación es otro de los factores que debemos tener presentes, además de los hábitos de cuidado capilar que no podemos olvidar.
La genética
Contra la genética no podemos hacer nada. El código genético es algo que no podemos modificar y que marcará para bien o para mal el desarrollo de las diferentes funciones dentro de nuestro cuerpo. A pesar de todo lo único que está en nuestra mano es retrasar la aparición del problema y evitar que se agrave. La manera de conseguirlo será únicamente con sencillos trucos que solemos pasar de largo y tienen más importancia de la que les damos.
La alimentación
La alimentación es también uno de los puntos clave a la hora de conseguir un cabello fuerte y abundante. La ingesta de vitaminas del grupo B que podemos encontrar en cereales, levadura de cerveza, germen de trigo… es una buena alternativa para fortalecer el cabello y hacerlo mucho más resistente. El componente mineral también debe estar presente a la hora de mantener un cabello fuerte. El aporte de silicio y hierro debe ser bueno para lograr un cabello en perfectas condiciones.
La hidratación y un correcto aporte proteico también nos ayudarán a fortalecer aún más el cabello, ya que las proteínas actúan directamente en la estructura del cabello, pues éste está formado de ellas. Al consumir proteínas en la dieta el cabello se regenerará mucho más rápido y se verá mucho más fuerte. La ingesta habitual de agua es esencial para mantener hidratado el cabello y conseguir un brillo natural.
Hábitos saludables
En lo que se refiere a los hábitos cotidianos a la hora de tratar nuestro cabello debemos tener en cuenta algunos puntos. En primer lugar debemos utilizar productos capilares de buena calidad que respeten el ph de la piel y no resequen el cuero cabelludo. Es cierto que cuantos menos productos utilicemos mucho mejor para eliminar cualquier riesgo que pueda ocasionar la usabilidad de determinado producto.
A la hora de ducharnos es importante que masajeemos nuestro cuero cabelludo con las manos con el fin de activar la circulación sanguínea en la zona y conseguir un mayor aporte de vitaminas y nutrientes en la raíz del cabello. Pero no solo esto conseguirá activar la circulación, sino que acabar la ducha con agua fría o lavar la cabeza por separado con agua fría nos ayudará a activar la circulación en la cabeza y conseguir una mejor salud capilar.
Es algo sencillo que no podemos pasar por alto y que debemos tener en cuenta a la hora de lograr mantener un cuero cabelludo en perfectas condiciones y un cabello fuerte, brillante y rebosante de salud por más tiempo.
Imagen | Chapendra