La cosmética y el cuidado de la piel no es algo que solo nos preocupe a nosotros en la actualidad. Desde hace muchos años al ser humano le ha importando siempre cuidarse y tener una apariencia perfecta. Por este motivo hace siglos ya existía un jabón, concretamente el primer tipo de jabón duro que se conoce. Se trata del jabón de Alepo, un tipo de jabón que se utilizaba en Siria y que fue el origen del jabón de Marsella y del jabón de lagarto tan conocido por todos.
Este tipo de jabón tiene una serie de propiedades que lo hacen ideal para la higiene personal, ya que no es agresivo con la piel y la hidrata y cuida al máximo. Está elaborado con productos naturales, entre los que destaca el agua pura de manantial que es la materia prima con al que se elabora. Después se le añade aceite de oliva que hidrata y suaviza la piel. Junto a esto se utiliza también aceite de laurel que tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias y antioxidantes. Finalmente se le añade sosa cáustica que es necesaria para que adopte la forma de jabón y la consistencia sólida.
Efectos en la piel
El uso de este jabón es muy recomendable para todo tipo de personas y se puede usar en la higiene diaria. Entre sus múltiples cualidades hay que destacar el poder antioxidante que tiene que nos ayuda a proteger la piel. Entre sus propiedades contiene un amplio rosario de vitaminas como la A, E, P y C, que representan un potente refuerzo para la piel. Pero no solo este jabón nos ayuda a mantener la piel fuerte y en perfecto estado, sino que además ayudan a mantenerla suave e hidratada a causa de los aceites esenciales que contiene y que ayudan a fijar el agua de la piel y evitar así su deshidratación.
El efecto antiséptico del aceite de laurel hace que evitemos la aparición de infecciones en la piel, ya que tiene un potente efecto antibacteriano. Su uso es ideal para pieles delicadas y secas, ya que respeta perfectamente el ph de nuestra piel sin resecarla, a la vez que la hidrata poco a poco. Esta cualidad y su poder antibacteriano hace que sea muy recomendable su uso en casos de infecciones de la piel, acné, psoriasis…
Otro punto que debemos tener en cuenta acerca de este jabón es que es calmante de la piel, por eso es muy bueno su uso después del afeitado o de la depilación, ya que nos ayuda a desinfectar los poros y devolver a la piel su estado habitual, evitando de este modo rojeces y demás alteraciones de la piel. Pero no solo es bueno para la piel, sino que lo podemos usar para el cabello, pues respetará la estructura de éste y su equilibrio natural.
¿Dónde adquirirlo?
Este jabón es de elaboración sencilla y hoy en día lo podemos encontrar en tiendas especializadas en jabón o en herbolarios. Además, existen muchas tiendas especializadas en tratamientos naturales y medicina alternativa que lo ofrecen como una forma sana y natural de mantener nuestra higiene corporal. Por ello es bueno que lo probemos, ya que al estar elaborado con ingredientes naturales no tendrá efectos negativos en la piel.
Imagen | Juan Antonio Capó