Con las altas temperaturas no apetece demasiado usarla, pero es muy recomendable por la cantidad de beneficios que nos aporta, y es que la sauna es una parte más de nuestro cuidado personal.
Su uso habitual consigue que tengamos una piel más bonita libre de suciedad y de estrés, pero además nos brinda una serie de beneficios desconocidos, y es que nuestro sistema cardiovascular y motor se verá favorecido por las sesiones de calor intenso que tendrán lugar en la sauna.
Muchos la consideran una tortura pero realmente no lo es. La sauna es el complemento perfecto a nuestro entrenamiento diario por muchas razones. El calor dilata los vasos capilares de la piel para mantener la presión sanguínea por el aumento de la temperatura, que se multiplica por dos, lo que hace que se incremente la circulación sanguínea en la superficie de la piel. Es por esto que se produce un efecto similar al que se consigue caminando rápido.
Los poros de nuestra piel se abren con lo que conseguimos eliminar toxinas y una limpieza de la epidermis. Mediante la transpiración eliminamos metales pesados como plomo, mercurio, níquel, cadmio... además de sustancias como el alcohol, la nicotina, el ácido sulfúrico y puede llegar a ser una buena aliada para combatir el colesterol.
Las altas temperaturas y la elevada humedad estimulan el riego sanguíneo y con él la regeneración celular de la piel, mejorando en muchos casos lesiones dérmicas o enfermedades cutáneas. Este excesivo calor también favorece al sistema cardiovascular, pues a causa de la vaso dilatación, el corazón bombea más fuerte favoreciendo la circulación sanguínea.
Una de las cualidades importantes de la sauna es su poder relajante ya que las altas temperaturas consiguen que nuestros impulsos nerviosos se ralenticen, con lo que conseguimos una mayor calma. Además, nuestro cuerpo libera endorfinas que nos ayudan a combatir el estrés y el insomnio. Nos sentimos más relajados y tranquilos pudiendo conciliar mejor el sueño.
Las sesiones de sauna tienen un efecto diurético. Esta eliminación de líquidos ayuda a reducir la celulitis y las adiposidades. Además, conseguiremos efectos beneficiosos en nuestro sistema locomotor y articular, pues la eliminación de líquidos ayudará en torceduras, neuralgias, rigidez articular, espasmos musculares... No debemos olvidar que es un buen aliado contra la artritis.
Si además, al llevar a cabo una sesión de sauna, utilizamos aceites esenciales como mentol o eucalipto, el vapor que se libera será muy beneficioso para nuestros pulmones, ya que abre los bronquios y los despeja. No hay que olvidar que es un buen aliado para la limpieza de la piel o como preparatorio para otros tratamientos de belleza debido a la acción que tiene como dilatador de los poros.
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