La depilación y tomar el sol son algo habitual en verano, pero no deben ir de la mano. Es mejor no tomar el sol si acabamos de depilarnos. Hay que dejar pasar un par de días a que la piel se recupere del trauma de la depilación, donde nuestra piel ha sufrido mucho y ahora está más desprotegida.
Después de la depilación las quemaduras y aparición de manchas son más propensas a aparecer, ya que los melanocitos están muy activos por el calor de la cera. Lo primero y fundamental es utilizar en los siguientes días una alta protección solar y lo segundo evitar largas exposiciones al sol, sobre todo en la primera semana después de la depilación.
En los deportistas la práctica de actividades como el ciclismo, la natación o la carrera ayuda a no quemarse tan fácilmente después de la depilación, ya que no es lo mismo tomar el sol parado que en movimiento haciendo deporte, donde la piel no sufre tanto. Otra opción es la cera fría en verano, ya que no es tan agresiva para la piel.
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