A la hora de comenzar una dieta de adelgazamiento todos buscamos perder esos kilos de más que nos sobran y cuanto antes mejor. El problema reside en que muchas veces la pérdida de peso es tan grande y tan rápida que en muchas partes de nuestro cuerpo la piel, y en especial la del abdomen se queda descolgada.
Acabar con el descolgamiento de piel no es tarea fácil, ya que requiere constancia y dedicación. Desde luego que la prevención es fundamental, y por eso siempre recomendamos pérdidas de peso graduales, nunca repentinas, y acompañadas de tonificación general de nuestro cuerpo. Pero si no hemos prevenido adecuadamente y se nos ha descolgado la piel aún estamos a tiempo de remediarlo. En Vitónica vamos a dar algunos consejos para devolver el estado perfecto a la piel.
Una vez que hemos adelgazado y perdido los kilos deseados de forma rápida, muchas veces suele quedarse una piel descolgada en algunas partes donde la densidad grasa era mayor. Al haber perdido esa grasa la piel se queda vacía y es necesario que se recupere poco a poco y vuelva a su ser. Lo mejor desde luego es la prevención mientras adelgazamos, pero si esto no lo hemos realizado correctamente ahora es tiempo de hacerlo.
Para comenzar debemos hidratar bien la piel para mantenerla flexible y en plena forma. La ingesta de líquidos es fundamental para la buena salud dérmica. Pero no solamente la hidratación debe ser desde dentro, sino que el cuidado externo es fundamental. Tenemos que hidratar la piel con lociones que la mantengan flexible para que pueda adaptarse a nuestro nuevo peso. No tenemos que exponerla al sol, ya que se resecará y la deshidratación es mayor.
Algo fundamental a la hora de conseguir que la piel recobre su estado normal y deje de estar vacía es tonificar las zonas afectadas. Normalmente los descolgamientos suelen producirse en la barriga, por lo que el entrenamiento abdominal es esencial para devolver a esta parte su estado habitual. Para nada esto es una tarea fácil, ya que se trata de un proceso lento, pues la piel necesita tiempo para adaptarse a su nuevo estado.
La alimentación juega también un papel importante, es necesario que ingiramos alimentos ricos en vitamina E y C para mejorar el estado general de la piel. La vitamina E es un regenerador dérmico y nos va a ayudar a devolverla su aspecto saludable, lo mismo que hace la vitamina C, que la protegerá de las agresiones externas ayudando a su perfecta recuperación. Ambas las podemos encontrar en frutas y verduras. La vitamina E aparece en grandes dosis en cereales integrales, vegetales de hoja verde y en aceites de origen vegetal. La vitamina C está presente en cítricos, kiwis…
El ejercicio aeróbico también es una buena forma de mejorar el estado de la piel, ya que favorece la circulación sanguínea y mejora el riego de la piel, dotándola de más nutrientes y devolviéndola su aspecto. Lo mismo sucede con los masajes, una buena manera de potenciar la adaptación de la piel a su nueva situación. Conviene realizar por lo menos uno a la semana. Podemos utilizar cremas reafirmantes, que nos servirán de ayuda para recuperar el estado normal de la piel.
Ante todo no debemos olvidar que este proceso es lento y delicado. Para ello es necesario que seamos constantes y tengamos paciencia. Siguiendo estos consejos se acelerará el proceso, pero no hay nada milagroso, ya que cada persona tiene un tipo de piel y esto lo tenemos que tener en cuenta.
Imagen | SXC
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