El mundo del fitness como muchas cosas de nuestra vida se rige por las modas. Actualmente existe una demanda creciente de realizar ejercicios en máquinas vibradoras, una moda que va en aumento y que numerosos centros deportivos ya ofrece.
En anteriores post ya hemos comentado los beneficios y las características de este nuevo método de entrenamiento que utiliza la vibración y el movimiento del organismo como base para conseguir un cuerpo mejor, unos músculos más tonificados y una óptima forma general. Pero siempre hemos alabado las virtudes de estas máquinas, pasando por alto las contraindicaciones que pueden tener.
Cuando utilizamos estas plataformas para entrenar, nuestro cuerpo experimenta un movimiento vibratorio que es el causante del trabajo muscular inducido por éste. Pero, a pesar de parecer una práctica totalmente inocua, en muchos casos no lo es, pues puede afectar la salud de los usuarios. A pesar de que es un tipo de forma de entrenamiento que está al alcance de todos, no todo el mundo puede utilizar estas máquinas.
Al ser la vibración su principal activo, estas máquinas desencadenan en el organismo un movimiento que en muchos casos puede ser exagerado. Las personas que sufren algún tipo de lesión no pueden utilizar estas máquinas, pues el movimiento puede empeorar la situación actual de la misma, y estropear el proceso natural de curación iniciado por el organismo. Lo mismo sucede si padecemos algún tipo de hinchazón producido por golpes. Es importante solucionar este problema antes de entrenar en estas máquinas.
Para las personas que se encuentran cansadas, o que tienen demasiado estrés es aconsejable no utilizar estas máquinas vibratorias en sus entrenamientos, ya que en vez de ayudarlas a relajarse y mejorar su estado general lo que conseguirán es alterarlo más. Para estas personas es más recomendable practicar otro tipo de deportes que les ayudarán más a relajarse o encontrarse mejor.
Las personas que hayan sufrido alguna intervención quirúrgica tampoco pueden practicar sus entrenamientos en estas máquinas, ya que el proceso de curación se puede retrasar o incluso empeorar a causa del exceso de movimiento. El reposo es el mejor aliado en estos casos. Es importante recuperarse para poder volver a utilizar esta técnica de entrenamiento.
Las máquinas vibratorias no están aconsejadas en personas que sufren algún tipo de enfermedad crónica como varices o cualquier afección del sistema circulatorio, problemas oculares como cataratas… Los huesos son otra parte que se puede ver afectada por la vibración de estas máquinas, y por ello las personas que padecen osteoporosis o que tienen delicados los huesos y las articulaciones no deben utilizarlas.
Pero no solamente estas personas no las pueden utilizar, sino que las mujeres embarazadas deben evitarlas, las personas que llevan marcapasos, clavos o cualquier tipo de prótesis. Los enfermos de epilepsia no las tienen que utilizar bajo ningún concepto, así como aquellos que padecen algún tipo de hernia, ya que estas personas pueden ver agravada su dolencia.
Es importante que tengamos esto en cuenta para evitar llevarnos algún susto al utilizar estas máquinas qué actualmente están en boga y pueden convertirse en una estrella de los gimnasios. Al tratarse de un movimiento artificial puede afectar a nuestro organismo y lo tenemos que tener en cuenta para evitar males mayores.
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