En la actualidad, los supermercados ofrecen en su mayoría, alimentos que pasan por algún grado de procesamiento industrial antes de llegar a nosotros, cuando sabemos que, lo ideal para comer más sano es escoger alimentos frescos. Pero si aun no sabes muy bien el por qué de esta recomendación, os dejamos cinco buenas razones para reducir los alimentos procesados en tu dieta.
Poseen baja densidad nutritiva en comparación con alimentos frescos, ya que muchos pierden minerales y vitaminas, así como gran parte de su fibra y antioxidantes, por lo que no contribuyen a llevar una dieta de buena calidad nutricional.
Son, en general, alimentos de mayor concentración calórica, pues en menos volumen poseen igual o más calorías que su versión fresca. Esto es debido a la reducción del contenido acuoso y de fibra, así como al agregado de azúcares y grasas que además de ayudar en la conservación, vuelven más apetitoso (y rentable) al alimento.
Suelen resultar adictivos, ya que la mayoría incluye combinaciones de nutrientes placenteras y que nos estimulan a seguir comiendo para obtener esa sensación gratificante tras su ingesta. Por eso, la comida basura puede ser tan adictiva como una droga, pues combina grasas y azúcares o grasas y sodio en elevadas proporciones.
Se asocian a mayor riesgo de sufrir enfermedades, sobre todo, aquellas asociadas con el estilo de vida como la hipertensión, la obesidad o la diabetes, como se ha comprobado con las carnes procesadas, ya que son productos con más grasas trans, más grasas saturadas, más azúcar y mucho sodio, de hecho, los alimentos procesados son la principal fuente de sal en nuestra dieta.
Tienen alto costo en comparación con alimentos de temporada, frescos o elaborados en casa, pues sin duda comer todos los días fuera de casa o comprar este tipo de productos "listos para consumir" representan un daño a nuestro bolsillo.
Si aun no encuentras suficientes fundamentos para alejarte de los productos industrializados, listos para consumir o los fast food, toma nota de estas cinco razones para reducir los alimentos procesados en tu dieta y así, beneficiar tu alimentación y tu salud.
Recuerda que entre los alimentos procesados se encuentran la bollería, los snacks comerciales, las hamburguesas, los refrescos, las galletas, las pizzas, los fiambres y embutidos y que entre los frescos encontramos las carnes como tal, las frutas, los vegetales, los huevos, la avena, las harinas integrales y todos los productos elaborados a partir de ellos, sobre todo, si se trata de alimentos caseros.
Y tú, ¿consumes más procesados que frescos?
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