Empezó siendo un excelente compinche para calentar nuestras infusiones y bebidas. También para darle un golpe de calor al táper de turno o a las sobras del potaje que no te habías comido la noche anterior. Sin embargo, con el paso de los años el microondas se ha ido consolidando como un electrodoméstico más que nos permite cocinar al vapor multitud de preparaciones, y no solo calentarlas.
Por desgracia, sus fantásticas y resolutivas virtudes no han librado al microondas de convertirse en uno de los electrodomésticos que más dudas genera en el entorno doméstico. Para muchos consumidores constituye un elemento lleno de incógnitas y mitos alimentarios por doquier. Algunos usuarios creen que el microondas puede resultar perjudicial para la salud humana porque altera considerablemente los alimentos que preparamos en él. Pero, ¿acaso hay motivos justificados para temer a un microondas?
El microondas no destruye nutrientes
Uno de los principales bulos que circulan en torno al uso del microondas es que destruye los nutrientes. La amplia distribución de esta información denota un gran desconocimiento sobre la tecnología que hay detrás del microondas. Ya que, lejos de destruir nutrientes, el microondas podría ser uno de los métodos de cocinado menos agresivos que existen en este sentido.
La explicación reside en su funcionamiento, ya que el microondas calienta el alimento desde el interior y no a través de una fuente externa de calor como hacen el horno o la sartén —estos utensilios movilizan el calor por convección y conducción, respectivamente. El microondas hace vibrar intensamente las moléculas de agua contenidas en el interior de los alimentos a través de su radiación de baja intensidad. Una radiación que, para muchas personas, genera dudas por sus posibles problemas para la salud humana. Spoiler: no hay evidencias científicas de ello, y a continuación lo explicaremos al detalle. De esta firma, la vibración intensa de las moléculas de agua contenidas en los alimentos genera fricción: y esto se traduce en un aumento de la temperatura.
¿Entonces no se destruyen nutrientes? Pues, depende. Todos los métodos de cocinado que implican calor suponen de alguna forma la pérdida de algunos nutrientes más sensibles, como puede ser el caso de la vitamina C o algunos aromas y sustancias volátiles. Sin embargo, el microondas no destruye nutrientes de una forma voraz ni los reduce de forma considerable. Al menos no lo hace más que otros métodos clásicos de cocinado. Por ejemplo, si chamuscamos un trozo de carne en la barbacoa dejándolo totalmente negro, habrá una pérdida de nutrientes mucho mayor que en un microondas, donde el calor se produce desde el interior del propio alimento. En este sentido, cocinar también permite que algunos nutrientes como las proteínas sean más disponibles para absorberse adecuadamente en el organismo.
¿Provoca cáncer el uso del microondas?
Volviendo a la mayor preocupación que suscita el microondas, lo cierto es que existen grandes bulos instaurados en el imaginario colectivo: uno de los más conocidos viene atribuido al desarrollo de cáncer. Como decíamos, la radiación que utiliza el microondas es de baja intensidad. Esto quiere decir que no tiene suficiente energía como para provocar daños en nuestro material genético y promover la aparición de cáncer: mucho menos en los alimentos que nos comemos.
A diario convivimos con muchas otras radiaciones de baja intensidad como los infrarrojos, ondas de radio o la propia luz visible, que también se encuentran dentro de la misma zona del espectro electromagnético que las microondas: todas ellas pertenecen al grupo de las radiaciones “no ionizantes”. Por otro lado, también contamos con radiaciones de alta intensidad o ionizantes como la ultravioleta, los rayos X o los rayos gamma. Estas últimas radiaciones sí que son capaces de modificar la estructura de nuestros átomos y favorecer la aparición de distintos tipos de cáncer cuando nos exponemos a ellas.
Por otro lado, la radiación de microondas es sumamente inofensiva y no cuenta con evidencias científicas que respalden sus efectos dañinos hacia la salud. La mayoría de bulos que corren sobre estas cuestiones son bastante antiguos, y por desgracia han logrado perpetuarse de forma abismal en el pensamiento colectivo. Sin embargo, recuerda que, lejos de ser dañina, la radiación utilizada por el microondas plantea grandes ventajas a la hora de preparar alimentos: mayor comodidad, ahorro de tiempo y una gran versatilidad en la cocina. ¡El microondas también es un gran aliado para descongelar alimentos de forma segura!
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