¿Comer mejor para dormir bien? o ¿Dormir mejor para comer bien?

Me pareció muy interesante compartir con ustedes este vídeo de la Fundación Eroski en donde se comenta acerca de la relación existente entre dieta y sueño, que a continuación desglosaremos.

Los hábitos de vida se encuentran muy relacionados entre sí y probado está por los últimos estudios que afirman que dormir poco o mucho favorecen la mala alimentación y con ésta, la presencia de sobrepeso u obesidad.

Pero mirando la problemática desde el lado del frente, también sabemos que la mala alimentación y el estrés, pueden ocasionar perturbaciones en el sueño y no permitir un adecuado descanso.

Y una vez más, caemos en un circulo vicioso que lo único que confirma es la interrelación que existe entre cada una de las partes de nuestro cuerpo y entre los hábitos de vida que mantenemos.

Y aquí la cuestión es como salir de este ciclo sin fin, ya que como la gallina y el huevo, no sabemos cual es el inicio. Entonces, propongo tomar como punto de partida aquel donde si podemos influir nosotros, es decir, la alimentación.

Si bien son muchos los factores que inciden a la hora de dormir, se sabe que la dieta influye notablemente en la conciliación y en la calidad del sueño.

Los desórdenes a la hora de comer como son las comidas aisladas, abundantes y rápidas son producto del estrés que vivimos cada día y ésto, puede ocasionar no sólo un problema digestivo por el estrés mismo sino por la rapidez con que comemos, la abundancia de la comida que al comer con ligereza no registramos su volumen, e incluso, la calidad de los alimentos que ingerimos que, al no tener tiempo, suelen ser comida rápida, pre-cocida y muy calórica.

Éstas alteraciones digestivas y desórdenes alimenticios pueden ser una de las tantas causas de nuestras perturbaciones a la hora de dormir y descansar.

Incluso, cuando nuestros tiempos no rinden solemos recurrir a sustancias excitantes que nos ayuden a mantener nuestros ojos abiertos como son la cafeína, la teofilina o la teobromina, sustancias que encontramos en el café, el té y el chocolate respectivamente.

Pero lo que sucede frecuentemente es que cuando sí podemos ir a dormir después de un largo día, dichas sustancias continúan haciendo efecto y no permiten que conciliemos el sueño.

Otra de las causas de no poder dormir adecuadamente es el exceso de energía que no logra dejarnos quietos y abatidos a la hora de dormir, pues en este caso, lo mejor es movernos durante el día, realizar actividad física que a su vez permitirá relajarnos y consumir alimentos relajantes como son aquellos que contienen serotonina.

Entre los alimentos de los que podemos obtener serotonina se encuentran: los lácteos, el plátano, la carne, lechuga, atún u otros pescados.

También existen infusiones de hierbas relajantes que pueden colaborar a combatir el insomnio si su causa es el nerviosismo y la excitabilidad constante. Entre ellas encontramos: melisa, tilo, pasionaria y azahar.

Si bien la causa del mal sueño puede hallarse incluso en una enfermedad, pues estos datos siempre colaboran y además, sin darnos cuenta estuvimos haciendo un listado de las cosas que conforman una buena alimentación. Es decir, comer despacio, distribuir las comidas en 4 o 6 momentos, masticar los alimentos, elegir alimentos caseros en reemplazo de los comprados o precocidos, entre otros.

Así vemos, como aquello que nos puede ayudar a dormir bien también es lo que puede colaborar a la hora de perder peso. Y una vez más, muestra la hilacha esta circulo sin fin que reafirma el perfecto equilibrio en el que funciona nuestro cuerpo.

Llevar una dieta sana, realizar actividad física, tener momentos de descanso y relajación, dormir bien y evitar las sustancias adictivas son todo lo que necesitamos para poder vivir en armonía y de forma saludable.

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