En muchas ocasiones asociamos dieta sana con dieta para adelgazar, pero aunque la primera nos puede permitir un adelgazamiento si estamos excediéndonos con la comida, se diferencia de la segunda en que no nos hará sentir hambre ni experimentar una tortura mientras la realizamos.
Con una dieta sana no tenemos que sentir hambre, pues todo lo que el cuerpo necesita es suficiente para saciar a nuestro organismo y alimentarlo con los nutrientes adecuados. Además, comiendo las raciones apropiadas de alimentos, distribuidas a lo largo del día, nuestro apetito se mantendrá bajo control y nos alejaremos de la comida rica en grasas y azúcares.
Por supuesto, en una dieta saludable también existen alimentos ricos en azúcar o en grasas, pero en pequeñas proporciones, y éstos, ya no se consumen por hambre sino más bien, por gusto. Entonces, si logramos cubrir las necesidades de nuestro organismo con alimentos saludables, los alimentos menos sanos se comerán en menor medida.
En una dieta sana deben incluirse al menos 5 raciones de frutas y verduras, 3 raciones de productos lácteos, 1 ración de carne o huevo, 4 raciones de cereales, pastas, arroz o harinas, otras tantas raciones de pan, galletas o cereales y además, unas 2 raciones de grasas, en lo posible, saludables.
Si a todo esto le sumamos el líquido que requerimos a diario, rápidamente nos damos cuenta de que la cantidad de alimento a consumir en un día no es poca, por ello, con una dieta sana no tenemos porqué sentir hambre y todos los demás efectos negativos que nos produce la restricción con la comida.
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