Llegado el calor y las altas temperaturas, nuestras actividades varían, nuestro cuerpo siente los cambios y nuestra dieta debe adecuarse a dichas modificaciones.
Para mantener una dieta equilibrada y saludable que permita mantener nuestro organismo bien nutrido, hidratado y limpio, es esencial incluir pequeños cambios en nuestra dieta de verano.
Lo principal es beber más cantidad de líquido de lo que acostumbramos a consumir, pues es de esperar que el calor nos obligue a perder más agua que necesita ser restablecida.
Con el agua que eliminamos, también se pierden vitaminas y minerales, por lo tanto, debemos incluir más de éstos a través de la alimentación y para ello, nada mejor que las frutas, verduras y lácteos frescos.
El calor suele quitarnos el deseo de comer abundantes y calóricas comidas, por eso, lo ideal es implementar preparaciones frías que sean agradables al paladar pero que al mismo tiempo, refresquen nuestro cuerpo. Se pueden ingerir licuados y sopas frías, ensaladas con carne cocida, pastas en ensaladas con vegetales u otras comidas completas pero sin temperaturas elevadas.
Para no reducir las calorías ingeridas drásticamente debido a la inapetencia que provoca el calor, procure consumir pequeñas porciones frecuentemente sin pasar más de 3 horas sin comer.
Para mantener limpio y purificar el organismo lo mejor es consumir agua en cantidades adecuadas y alimentos ricos en fibra tales como cereales integrales, legumbres, frutas y verduras frescas.
Con el objetivo de contribuir a un bronceado saludable y cuidar la piel de los rayos solares, además de evitar las horas pico, debemos consumir alimentos ricos en vitamina A o betacarotenos, como zanahoria, tomate, sandía, zapallo, choclo y todas aquellas hortalizas o frutas de color naranja o rosado.
Los alimentos en verano deben estar adecuadamente refrigerados, sobre todo, las carnes crudas. Ésto evitará infecciones bacterianas que pueden ocasionar malestares digestivos.
No elimine completamente los azúcares simples de su dieta para evitar hipoglucemias, para ello puede recurrir a la fruta que contiene azúcares naturales o zumos de las mismas.
Estos pequeños consejos pueden ayudarte a mantener la vitalidad y prevenir malestares propios de las altas temperaturas y actividades de verano.
Cuidarse y prevenir es la mejor forma de disfrutar del verano con tranquilidad y vivir saludablemente.
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