El trabajo es una de las causas por las cuales muchos descuidamos nuestra dieta, y aunque parezca paradójico, es en este lugar donde más se requiere de una buena alimentación, pues si estamos bien nutridos, seremos más productivos y eficientes.
Para mejorar el rendimiento, aumentar la concentración y reducir la fatiga, es fundamental que no descuides tu dieta, por eso, te daremos algunos consejos que te ayudarán a llevar una alimentación equilibrada, aún en el lugar de trabajo.
Muchos nos aburrimos de comer siempre lo mismo o nos cansamos de tener que gastar dinero en un pequeño bocado poco nutritivo, por lo tanto, la propuesta es dedicar un poco de nuestro escaso tiempo a cuidar la dieta cuando debemos pasar el horario de la comida en el trabajo.
Lleva tu propia comida: prepara un poco de más la noche anterior o escoge una preparación sencilla para elaborar un día antes y lleva ese menú para almorzar en el trabajo. No olvides que puedes recurrir a todo tipo de alimentos, siempre y cuando te alejes de las grasas saturadas, los azúcares simples y los excesos.
Variedad: para que no te aburras y se te ocurra la única solución de comprar comida rápida, escoge preparaciones diferentes, con pollo, carnes rojas, pavo, pescado, pastas, arroz y verduras varias. Además puedes anexar un postre sano y distinto todos los días, por ejemplo, yogur desnatado, ensalada de frutas, fruta fresca, postres a base de leche desnatada, granola con frutos secos, entre otros.
Calma tu apetito: para que la comida en el trabajo no sea escasa y sientas hambre a pocas horas de comer, elige alimentos con bajo índice glucémico, mucho sabor y abundante fibra, así no sólo te llenarás más, con menos calorías, sino que tu glucosa se mantendrá en niveles óptimos por un largo tiempo y tu productividad será estable.
Hidratación: una hidratación deficiente también altera el funcionamiento físico y mental, por eso, no dejes de beber agua o jugos sin azúcar para que el cuerpo continúe funcionando sin inconvenientes.
Aléjate del ordenador: aunque estés en un lugar de trabajo, en el momento de la comida procura no trabajar ni estar frente a una pantalla, pues esto no permitirá calmar tu apetito y además, fomentará la ingesta de alimentos a mayor velocidad.
Socializa mientras comes: un buen recurso para despejarse un rato y comer más despacio y relajado es invitar a algún compañero a tu escritorio, hacer a un lado el ordenador, y comer lo que tú mismo has llevado y preparado.
Fraccionamiento: nunca dejes de comer en los horarios puntuales, sino que intenta comer cada 3 horas. Para ello, no sólo será necesario que lleves tu almuerzo, sino que podrás anexar al mismo alguna fruta extra o algún yogur desnatado para comer entre horas.
Para poner estos consejos en práctica y no descuidar tu dieta en el trabajo, sólo se requiere un poco de organización y dedicación, pues por el resto, tu jefe lo agradecerá y tú sentirás la diferencia en tu estado de ánimo.
Además, evitarás llegar con hambre, estrés y ansiedad a la próxima comida, por lo tanto, ordenarás tu dieta y evitarás un aumento de peso a causa del horario de trabajo.
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