El mantra "más vegetales, menos animales" sigue abriéndose paso en la sociedad española. Según la edición de 2019 del informe The Green Revolution, el número de personas que no consumen animales en España habría crecido hasta el 9,9% (unos cuatro millones de personas aproximadamente).
Además, y este dato es quizás más interesante, de aquellos que sí consumen carne, un 35% ha reducido o eliminado su consumo de carne roja durante el último año. La tendencia, como vemos, es a reducir el consumo de carne a favor de un mayor consumo de vegetales. No en vano, The Economist ha bautizado el 2019 como el año del vegano.
El estudio, realizado por la consultoría de innovación Lantern (se trata de un estudio observacional con una muestra representativa de la población residente en España), nos dice que en los últimos dos años - la edición anterior es de 2017 - ha aumentado tanto el número de veganos como de vegetarianos, y también de personas que siguen una dieta flexitariana, donde carne y pescado sí tienen cabida pero en pequeñas cantidades o en ocasiones especiales.
Una de cada ocho mujeres en España lleva una alimentación veggie, siendo ellas el 64% del total. La corriente de la alimentación basada en plantas es más numerosa entre los más jóvenes: un 15% de los españoles entre 18 y 24 años se ha adherido a este tipo de dieta.
La razón principal por la que los españoles miran hacia una alimentación basada en plantas es la mejora de su salud, sobre todo en el caso de los flexitarianos. Esto hay que cogerlo con pinzas porque, como hemos apuntado en anteriores ocasiones, una dieta vegana o vegetariana no tiene por qué ser automáticamente una dieta más saludable que otra omnívora. Necesitaremos siempre que se trate de una dieta bien planteada, que cubra todas nuestras necesidades, tanto calóricas como de macro y micronutrientes, y que esté basada en alimentos y no en productos ultraprocesados.
En el caso de los vegetarianos y veganos, las razones que les mueven a llevar una dieta sin alimentos de origen animal (o con muy pocos de ellos, ya que los vegetarianos pueden consumir huevos, lácteos y miel) son el respeto hacia la vida animal y la sostenibilidad.
También ha crecido el número de sustitutos cárnicos en el mercado: la industria alimentaria tiene también un interés creciente en este tipo de carnes sintéticas que pueden interesar tanto a los consumidores veggies como a aquellos que simplemente quieren reducir su consumo de carne.
Previsiblemente, tanto la reducción del consumo de carne como el hecho de optar por un tipo de alimentación basada total o parcialmente en el consumo de plantas, son tendencias que seguirán creciendo en los próximos años, así como la industria asociada a ellas.
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