Dieta de la cerveza. Análisis de dietas milagro (XLV)

Beber una cerveza en medio del verano en que muchas personas intentan cuidar la línea parece muy placentero pero al mismo tiempo, contradictorio, quizá por eso una nueva dieta se ha puesto de moda, la dieta de la cervezaaque hoy colocamos bajo la lupa en nuestra sección de análisis de dietas milagro.

¿En qué consiste la dieta de la cerveza?

La dieta de la cerveza propone el consumo de esta bebida helada a diario con el objetivo de que nuestro cuerpo queme calorías elevando la temperatura de la cerveza de 0ºC a 37ºC que es la temperatura a la que nuestro cuerpo se encuentra habitualmente. Se presenta como una solución efectiva y fácil para perder peso.

Basándose en las leyes de la termodinámica, plantean que la ingesta de 500 ml de cerveza a 0ºC cada día implicaría un gasto de 18500 calorías en nuestro cuerpo para elevar 500 gramos de esta bebida de 0º a 37º.

Con esta premisa como base que parece muy sencilla, se plantea que bebiendo dicha cantidad de cerveza a diario podemos perder peso fácilmente, sin limitarnos en las comidas ni realizar esfuerzos físicos, pues con sólo beber cerveza helada se pueden quemar muchas más calorías que haciendo ejercicio.

Errores de la dieta de la cerveza

El primer error de la dieta de la cerveza es promocionarse como una alternativa fácil y placentera a la implementación de hábitos saludables para perder peso, pues sin duda desprestigia el ejercicio y el cuidado de la dieta y promueve la ingesta de 500 ml de cerveza a diario.

Por otro lado, unos 500 ml de cerveza aportan alrededor de 200 Kcal o lo que es igual unas 200000 (doscientas mil) calorías. Por lo tanto, aunque tu cuerpo gaste tal cantidad de calorías elevando la temperatura de la cerveza helada, el balance energético es positivo.

Además, no podemos olvidar que la cerveza es una bebida alcohólica, que si bien posee algunos buenos nutrientes y puede beberse con moderación, no es recomendable para ingerir a diario en cantidades como las propuestas.

Otro error más es que no favorece el cuidado de la salud ni el cambio de hábitos, por lo que difícilmente sea una buena estrategia para perder peso protegiendo el buen funcionamiento del organismo y mejorando la calidad de vida.

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