Dieta Scarsdale para bajar de peso: esto es lo que dice la ciencia sobre ella

Si hay algo que queda claro con la llegada del verano es que la aparición de diferentes dietas - algunas más viejas, algunas nuevas - se hace patente cada año. No hay un solo verano en el que no haya una nueva dieta que nos prometa hacernos perder peso en muy poco tiempo y de forma casi milagrosa. 

Este es el caso de la dieta Scarsdalecon la que se llega a asegurar que se puede perder alrededor de siete kilos en tan solo 14 días. En estos casos, la experiencia nos indica que es mejor analizar la dieta e investigar lo que dice la ciencia al respecto para conocer si puede, realmente, ayudarnos a perder peso y si es segura. 

Qué es la dieta Scarsdale

La dieta Scarsdale supone una forma de dieta disociativa que se realiza durante 2 semanas (14 días). La idea detrás de esta dieta es que, durante ese periodo de tiempo, solo podemos comer ciertos alimentos concretos que, presuntamente, bastarán para aportarnos todos los nutrientes que necesitamos. 

Una de las cosas importantes en esta dieta es que uno no se salga de los alimentos concretos marcados por ella. Se trata de una dieta que nos aporta unas 1000Kcal diarias y los alimentos que básicamente podemos comer son frutas, verduras, carnes y quesos que sean muy magros. 

En la dieta Scarsdale no se puede utilizar aceite para aderezar ensaladas y en ningún caso se pueden consumir arroces o pastas. Cada día de los 14 que dura la dieta tendremos indicado exactamente lo que podemos comer ese día y no podemos salirnos de lo marcado. 

Qué dice la ciencia al respecto

Las investigaciones científicas elaboradas tanto sobre la dieta Scarsdale, como sobre otras que restringen gran cantidad de alimentos y se basan en un alto consumo de proteínas y en un muy bajo consumo de carbohidratos - además de una importante restricción de las grasas - son bastante claras: no son recomendables. 

Tanto es así que, en el caso concreto de la Scarsdale, se ha encontrado que este tipo de dieta aumentaba el riesgo de fallecimiento por causas cardiovasculares hasta en un 14%. Otra investigación, en la que se comparaban tanto el gasto económico como la eficacia y seguridad de diferentes dietas encuentra que la Scarsdale es una dieta desequilibrada.

De hecho, el análisis realizado con respecto a esta dieta durante la investigación señalaba que, siguiendo el menú estricto de la dieta, resulta más hipocalórica de lo que se cree: podríamos llegar a consumir tan solo 450,8 kcal según esta investigación en vez de las 1000 que se indican. Los macro y micronutrientes no alcanzarían los niveles recomendados. Por ello, estos investigadores encuentran que dos semanas con esta dieta puede llevarnos a serios déficit, además de sentirnos cansados y hambrientos. 

Según sus resultados, sin tener en cuenta el efecto rebote, esta dieta nos supondría un coste de 35,67 euros por kilogramo perdido, lo cual no parece tan caro. Pero si tenemos en cuenta el efecto rebote que encuentran que provoca, el coste sería de 144,39 euros por kilo. Mientras que en las personas que llevan una dieta hipocalórica equilibrada y que genera buenos hábitos, el coste sería de 32 euros tanto si contamos o no con el efecto rebote, porque se da en mucha menor medida. 

Otro análisis realizado con respecto a la eficacia de diferentes dietas para la pérdida de peso y su eficacia a largo plazo encuentra que, aunque esta dieta puede ayudarnos a perder peso rápido su eficacia a largo plazo es muy baja y el esfuerzo que supone llevarla a cabo muy alto

Aunque no se trate de una investigación centrada en la dieta Scarsdale en concreto, un estudio de 2014 encontró que las dietas elaboradas para perder peso de manera muy rápida podían dañar y alterar nuestra microbiota intestinal

Mejor un cambio de hábitos que una dieta rápida

En definitiva, este tipo de dietas tan restrictivas, que limitan de manera excesiva nuestra ingesta calórica y de nutrientes y que tan solo podemos seguir durante un periodo corto de tiempo no son las más adecuadas

No solo porque pueden suponer algún problema para la salud, sino porque no nos enseñan nada. Una vez que terminemos esos 14 días estaremos, probablemente, muertos de hambre y volveremos a nuestros patrones habituales de alimentación lo que puede conllevar un severo efecto rebote. 

Lo más adecuado, para nuestro peso y nuestra salud, es dejar de hacer dietas. Las que sean. Son los cambios reales de hábitos, a largo plazo y sostenidos en el tiempo, los que nos ayudarán a conseguir nuestro peso correcto - sea el que sea - y, además, nos mantendrán sanos. 

Para ello no hace falta excluir ningún nutriente, sino conocer de dichos nutrientes cuáles son los alimentos más saludables que podemos consumir y aumentar nuestra actividad física. 

Imágenes | Pexels

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