La dieta Sirtfood para perder peso a examen: qué es, cómo se hace y ¿es segura?

Cada año salen a la luz nuevas dietas que prometen conseguir resultados rápidos a cambio de muy poco esfuerzo. Vimos lo que pasó con la dieta Dukan, con la dieta Atkins y con la dieta Scardale, y ahora es el turno de la dieta Sirtfood.

La dieta Sirtfood se ha popularizado recientemente ya que muchas celebrities e influencers afirman haber perdido una gran cantidad de peso tras un periodo relativamente corto de tiempo siguiéndola. ¿Deberías tratar de seguir esta dieta tú también?

Qué es la dieta Sirtfood

Aunque la dieta Sirtfood se empezó a poner en práctica hace ya unos años, no ha sido hasta hace muy poco tiempo que ha empezado a ponerse realmente de moda.

Esto se debe a que personalidades como Madonna, Daniel Craig o Adele han perdido una cantidad significativa de peso tras seguirla, y evidentemente estos resultados han hablado por sí solos en redes sociales.

Esta dieta consiste en recurrir principalmente a los alimentos ricos en enzimas sirtuinas o SIRS, que son enzimas que ejercen en nuestro cuerpo un efecto similar al del ayuno o el ejercicio, reduciendo parte de la inflamación.

Algunos alimentos que contienen enzimas sirtuinas son el chocolate negro, el aceite de oliva, el tofu, la cebolla, las nueces, y el café, y son precisamente estos los que forman la base de esta dieta.

La dieta Sirtfood solo permite comer 1000 calorías diarias durante la primera semana, y estas se reparten en varios zumos de verduras y una sola comida en la que se puede consumir pavo, pollo, fideos o perejil.

Tras esta primera semana, empieza una segunda fase en la que se permite ingerir tres comida sólidas y también un zumo cada día, y finalmente, en la tercera fase, se permite ingerir comida a voluntad pero únicamente alta en enzimas sirtuinas.

La seguridad de la dieta Sirtfood

Evidentemente, como cualquier otra dieta milagro esta dieta cojea por todas partes.

En primer lugar, consumir únicamente 1000 calorías diarias durante la primera fase, sin individualizar de ninguna forma el gasto calórico de cada persona, es un gran error, ya que habrá una cantidad enorme de personas que, por su fisiología o por su actividad física, necesiten ingerir muchas más.

Todo esto generará un déficit calórico muy grande que privará al cuerpo de muchos nutrientes y mucha energía. Servirá para perder peso relativamente rápido, pero a costa de un mayor apetito, un menor metabolismo en reposo, un menor rendimiento deportivo, menos líbido sexual, niveles más bajos de energía...

De hecho, si todo esto se agrava se puede incluso llegar a sufrir desmayos, caídas en la tensión, y todo tipo de anemias debidas a la falta de ciertos minerales y vitaminas.

Además, el problema es que durante esta fase no se está enseñando a la gente a comer; sencillamente se están pautando una serie de licuados que no se consumirían en una situación habitual.

Tras dejar de tomar estos batidos, lo más probable es que los hábitos perjudiciales que han llevado a una ganancia de peso en un primer lugar sigan a la orden del día, creando un entorno perfecto para que se produzca un efecto rebote.

Finalmente, el creer que se puede introducir todo tipo de alimentos en una dieta sencillamente porque contengan un grupo concreto de enzimas es un error, porque alimentos como el vino, que no son saludables, no deberían tener cabida en una dieta que se precie.

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