El lugar y el ambiente que rodea el acto de comer, sin duda condicionan la ingesta de alimentos. Por eso, es fundamental que sepamos escoger el lugar adecuado para comer, sin buscar cosas poco habituales ni lugares extremadamente originales para hacerlo.
Es decir, el lugar más adecuado para comer es en casa, en la mesa, sentados y, de ser posible, junto al resto de la familia o integrantes del hogar, sin distracciones como pueden ser el televisor, la radio o el ordenador portátil frente a nosotros. Con este lugar y la comida delante de nuestros ojos, todo será mejor para la salud.
Si comemos sentados a la mesa, rodeados de personas con las que podemos dialogar, estamos recuperando la función social de comer, es decir, rescatando que el acto de alimentación tiene una fuerte connotación social que debe ser placentera.
Además, si comemos en casa, la comida será más controlada y es más fácil comer un plato saludable. Incluso, la cantidad a consumir si lo hacemos sentados a una mesa, sin duda será menor que si picoteamos parados frente al refrigerador, pues así no tomamos conciencia de lo que comemos.
Asimismo, es importante no tener distracciones, porque podremos masticar más, concentrarnos en lo que comemos y disfrutar de ello, favoreciendo el control de las porciones y la digestión post ingesta, todo lo cual colabora con la salud del organismo.
Si procuramos no comer parados, no ingerir alimentos en el escritorio del ordenador, ni comer rápido y apurados, todo será más beneficioso. Por eso, tan sencillo como la mesa de casa, es el lugar adecuado para sentarnos a comer, disfrutar y favorecer la ingesta de alimentos con ayuda del ambiente.
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