La comida casera es la que siempre recomendamos los profesionales de la salud cuando intentamos mejorar la calidad nutricional de la dieta así como reducir calorías prácticamente sin que se perciba dicho cambio. Sin embargo, ¿es posible comprar comida casera? ¿O sólo denominamos comida casera a la elaborada con nuestras propias manos?
Por definición, comida casera es aquella hecha en casa, sin embargo, muchos son los comercios de comida que se promocionan con la venta y elaboración de comida casera o de platos "como en casa" o "como los de la abuela". ¿Es esto posible? ¿Puede una comida comprada ser semejante a la hecha en casa?
La "comida casera" de restaurante
Es claro que una hamburguesa completa no es igual a una comida casera, pues puede duplicar y más su aporte calórico, sin embargo, quizá sí nos aventamos a comprar una pasta o una carne que se incluye en un comercio bajo la denominación de "comida casera".
No obstante, hay varios aspectos que debemos considerar al momento de valorar la "comida casera" de restaurante, por ejemplo: la elección de ingredientes que no está en nuestro poder, la forma de elaboración de los platos y por último, la porción o presentación del producto final.
En un comercio en que la venta de comida es el negocio, la elección de ingredientes se basa en la economía y rentabilidad de los mismoa, por ello, muchas veces la calidad va en detrimento del costo y así, el resultado final sufre las consecuencias.
De hecho, aun aquellos restaurantes que no pertenecen a reconocidas cadenas o que no son fast food tienen platos colmados de calorías que superan notablemente las recomendaciones de energía para una comida de un adulto.
Asimismo en el intento de ahorrar dinero, muchas veces se reutiliza aceite al freír, o se agregan ingredientes económicos pero palatables fuente de grasas, azúcares y/o sodio que pueden perjudicar la calidad nutricional de los platos.
De igual manera, se utilizan cocciones a altas temperaturas para acortar los tiempos y reducir costos y ello puede generar sustancias cancerígenas, como sucede con las carnes.
Por último, para mejorar la presentación de la "comida casera" muchos restaurantes adicionan ingredientes y/o salsas que pueden incrementar el contenido de nutrientes que en exceso no son recomendables, o bien aumentar el aporte energético de los platos.
Además, las porciones servidas en el restaurantes escapan a nuestro control y criterio, por lo que al ser completadores y dejar siempre el plato vacío, comemos más ante estas raciones más grandes.
Todo esto nos lleva a pensar que la "comida casera" de restaurante es muy diferente a la que elaboramos en casa con nuestras propias manos, donde podemos seleccionar ingredientes acorde a nuestras necesidades y decidir si deseamos "invertir" más dinero en la calidad nutricional de los platos. Además, podemos seleccionar métodos de cocción más sanos y servir porciones individuales y de menor tamaño para controlar mejor la cantidad ingerida.
Hay una posibilidad de comprar comida casera
En grandes comercios de comida, en restaurantes o cadenas de comida rápida claramente no es posible comprar comida casera aunque allí la promocionen como tal, pero siempre hay una posibilidad.
Esa excepción a la regla nos la darían personas que nos cocinan únicamente a nosotros. Por ejemplo: si le compro comida a una tía o amiga que cocina en su casa para mi y una o dos personas más solamente, sus preparaciones no sufrirán todos los cambios propios de un gran restaurante. Es decir, a grandes escalas se seleccionan ingredientes más baratos cuya calidad puede ser inferior y también, se emplean métodos de cocción rápidos, pero a una escala inferior todos estos cambios pueden no estar presentes e incluso quizá tengamos nosotros la posibilidad de decidir sobre los ingredientes, la cocción y demás aspectos de la comida.
Entonces, siempre hay una posibilidad de comprar comida casera pero no es en un restaurante o en una cadena de comercios.
Y siempre, es mejor comer y cocinar en casa si queremos mejorar nuestra dieta tanto en calidad como en cantidad, pues además nos estaremos involucrando personalmente en el cambio que buscamos para nuestra alimentación.
Bibliografía consultada | Journal of the American Academy of Nutrition and Dietetics, January 20, 2016, DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.jand.2015.11.009; Cancer, Volume 122, Issue 1, January 1, 2016, Pages 108–115; Obesity, Volume 12, Issue 3, March 2004, Pages 562–568.
Imagen | iStock y Pixabay
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