Durante el día de ayer varios medios sacaban la noticia del reto que Jennifer López y su pareja, Álex Rodríguez, habían estado llevando a cabo y su predecible final. La actriz y el ex jugador de béisbol documentaron en sus cuentas de Instagram el reto de 10 días sin consumir carbohidratos ni azúcares que estaban llevando a cabo, al mismo tiempo que animaban a sus seguidores a hacer lo mismo.
Lo realmente curioso es que, el último día del reto la propia Jennifer López comentaba las ganas que tenía de que terminar el reto y Álex Rodríguez subía una foto celebrando el final del reto con un buen atracón de pizzas de todo tipo, alitas y patatas fritas y grandes galletas y dulces numerosos. La realidad es que no nos sorprende este final, dado los efectos que una dieta breve y restrictiva puede tener en nuestro organismo.
Conocer qué son los carbohidratos
Los carbohidratos o glúcidos suponen biomoléculas que se componen de carbono, hidrógeno y oxígeno. La función principal de este nutriente concreto es proveernos de energía inmediata y estructural. De esta manera nuestro cuerpo consigue la energía para cumplir con sus funciones habituales. Al consumir alimentos altos en hidratos la glucosa en sangre aumenta a una velocidad que dependerá de si los hidratos son simples o complejos.
En el caso de hidratos simples, como el azúcar, la velocidad suele ser muy rápida, mientras que cuando se consumen hidratos complejos como los cereales enteros o las harinas integrales, la subida de los niveles de glucosa serán mucho más lentos. Una de las complejidades de los hidratos es que si no se consumen (con actividad) se almacenan en forma de grasa. Esto resulta mucho más acuciado con los hidratos de asimilación rápida como los monosacáridos o disacáridos como el azúcar o la sacarosa.
En cambio, los hidratos polisacáridos o de asimilación lenta retrasan su paso a la sangre, reduciendo el índice glucémico y los niveles de azúcar en sangre se mantienen estables ayudando a que sintamos menos hambre ayudando a la saciedad, entre otras cosas.
Qué ocurre cuando eliminamos los hidratos de la dieta
En una dieta normal, los hidratos de carbono suponen alrededor del 55 y el 60% del aporte de energía, pero en ocasiones se reducen para intentar perder peso. La realidad es que, aunque algunas dietas lo recomienden, es muy difícil eliminar todos los carbohidratos de nuestra dieta ya que suelen estar presentes en numerosos alimentos aunque no lo sepamos.
Algunas dietas como las cetogénicas sí que intentan reducir los niveles de hidratos en menos de un 10%, lo que hace que nuestro cuerpo entre en cetosis y comience a oxidar las grasas y generar cuerpos cetogénicos. Estos cuerpos funcionan como combustible alternativo a la glucosa. El problema de este tipo de dieta es que, a pesar de ser efectivas para adelgazar, también tienen inconvenientes, especialmente si lo hacemos sin control.
Si vamos a reducir de manera tan drástica los hidratos deberíamos hacerlo con la ayuda de un nutricionista que pueda controlar de manera adecuada el aporte de otros nutrientes y el equilibrio. De otra manera nos arriesgamos a llevar al cuerpo a sufrir hambre y ansiedad que boicoteen los esfuerzos de la dieta. Incluso en los casos en que un profesional control los nutrientes que ingerimos pueden darse efectos secundarios como mareos, dolor de cabeza, mal aliento, orina y sudor fuerte o pérdida de músculo. Algunos de estos síntomas pueden darse especialmente en las primeras semanas.
Probablemente no nos ocurra nada reduciendo los hidratos durante 10 días y luego volviendo a una dieta normal. Pero se trata de un esfuerzo posiblemente excesivo que, en el caso de Jennifer López y su pareja, no sirve de nada si posteriormente vuelven a comer de manera poco saludable, consumiendo grandes cantidades de azúcares e hidratos simples. La leve pérdida de peso que hayan podido tener se recuperará rápidamente y su salud no mejorará.
Dejar el azúcar añadido es buena idea, pero que sea a largo plazo para ver sus efectos
Por otro lado, dejar de consumir azúcar añadido o reducirlo al mínimo posible es una de las recomendaciones de la OMS. No solo nos ayudará a perder peso, sino que ayudará a mejorar nuestro estado de salud. Entre otras cosas, el consumo de azúcar añadido se relaciona con problemas como la obesidad, la diabetes de tipo 2 o, incluso, la enfermedad de Alzheimer.
El problema es que de poco nos sirve eliminar los azúcares añadidos de manera drástica durante 10 días y, al terminar esos 10 días volver a su consumo. Para muchos de nosotros, muy acostumbrados a consumir azúcar añadido incluso en productos de los que no somos conscientes, puede resultar difícil y estresante retirar el azúcar de golpe. Por eso, se recomienda hacerlo poco a poco, sustituyendo al principio por otros edulcorantes para, finalmente, retirarlos por completo.
Retirar el azúcar de golpe durante diez días sabiendo que al final de esos días vamos a volver a consumirlos puede generar una sensación de ansiedad hacía la comida que nos lleve a un atracón posterior y a una mala relación con nuestra alimentación.
Dietas cortas y restrictivas no suelen funcionar y tampoco la compensación
En general, ponernos retos cortos de dietas muy restrictivas no es buena idea. Al alimentarnos de manera tan restrictiva y llevar, sin control, a nuestro cuerpo a situaciones estresantes - como puede ser entrar en cetosis sin el control de un nutricionista - puede volverse en nuestra contra. Estas situaciones pueden hacer que aumente nuestra sensación de hambre, que nos genere ansiedad y que, como Jennifer López y su pareja, no veamos el día de terminar la dieta para poder darnos un buen atracón.
Además, por supuesto, de nada sirve pasar 10 días sin consumir ningún tipo de hidrato ni azúcares añadidos si, en cuanto terminamos el reto, consumimos enormes cantidades de ambas cosas y nuestra alimentación posterior sigue siendo poco adecuada. Diez días de dieta restrictiva no compensan una mala alimentación continuada.
Para que una dieta sea realmente efectiva es recomendable que pueda sostenerse a largo plazo de manera sencilla, se adapte a nuestras necesidades y que, en realidad, deje de ser una dieta para convertirse en hábitos de vida. En cuanto a los hidratos de carbono, lo más recomendable no es que los eliminemos por completo, sino que sustituyamos los hidratos simples por complejos, consumiendo harinas integrales, verduras, frutas y cereales de grano entero. En el caso de que queramos perder peso, sigamos el estilo de alimentación que sigamos, lo mejor es siempre consultar con un nutricionista que nos ofrezca pautas seguras.
Imágenes |El plan B, Unsplash
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