Una etiqueta para mejorarlos a todos: el etiquetado frontal podría ayudar a mejorar la calidad de los procesados (y de sus competidores)

El interés y la alerta por nuestro estilo de alimentación actual y la búsqueda de una alimentación más saludable ha sido aumentando durante los últimos años. No es de extrañar teniendo en cuenta que la obesidad es considerada ya una pandemia y que algunos alimentos habituales en nuestras cocinas, como los azucarados o los ultraprocesados, se han relacionado con un mayor riesgo de sufrir enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes tipo 2 o, incluso, el cáncer.

No es de extrañar, por tanto, que numerosos gobiernos de todo el mundo estén implementando poco a poco medidas para reducir el consumo de estos productos y aumentar el consumo de alimentos saludables. Algunas de estas medidas pasan por imponer impuestos, pero otras se centran en ofrecer al consumidor la información que necesita para realizar decisiones informadas. Para ello se han llevado a cabo leyes como las del pan con la que se regula el etiquetado de este producto, de manera que sea más fidedigno y real.

Y es aquí, precisamente, en la regulación del etiquetado, donde podría estar la clave no solo para que las personas puedan comprar de manera más informada, si no, incluso, para que las empresas de alimentación mejoren la calidad nutricional de sus productos. Esto es, al menos, lo que señala una nueva investigación publicada en la revista Journal of Marketing.

Dicha investigación encuentra, concretamente, que el simple hecho de poner la información nutricional en una etiqueta frontal - en vez de en la parte de atrás como vienen habitualmente - está asociado con que se mejore la calidad nutricional de dichos productos e, incluso, los de la competencia.

Para este estudio se evaluó 16 años de información de 44 categorías diferentes de comida. En total se evaluaron más de 21.000 productos de más de 9.000 marcas diferentes. Lo que intentaban descubrir era si había algún tipo de impacto en la calidad nutricional de los productos cuando se adoptaba la etiqueta tipo FOP (Facts Up Front) en la que se solicita que los datos nutricionales importantes como las calorías, grasas, azúcar añadido y sodio, se pongan en la parte de delante del producto.

Encontraron una clara asociación entre el uso de este tipo de etiquetas y cambios a mejor en la calidad nutricional de los productos. De hecho, los porductos que se encontraban en las categorías más insanas eran los que presentaban dicha respuesta de manera más importante. En concreto, se veía de media una reducción del 12,5% en las calorías, del 12,97% en las grasas saturadas, de 12,62% en los azúcares añadidos y de 3,74% en el sodio.

Sellos utilizados en el etiquetado frontal mexicano. Fuente: Gobierno de México

El uso de etiquetado frontal es algo que ya se está implementando en algunos países. Este mismo mes ha entrado en vigor en México el uso del etiquetado frontal buscando ayudar a reducir los altos índices de obesidad que tiene el país azteca. En el tendrá que ir indicado en la parte frontal del producto, de manera clara y visible, toda la información relevante con respecto a la calidad nutricional de un producto.

La experiencia de lo que ocurra en México y el funcionamiento de dicho etiquetado puede abrir las puertas a que esta medida se vaya adoptando también en otros países y a conocer su efectividad en la practica.

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Imágenes | Unsplash, Gobierno de México

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