La hidratación es un aspecto muy importante a la hora de realizar deportes o actividad física, y por ello, no debe dejarse de lado ni reducirse a la simple administración de agua.
La ingesta de agua es sumamente beneficiosa para el organismo, permite calmar la sensación de sed y reponer el líquido perdido con el sudor, pero al mismo tiempo, es necesario suplir las pérdidas de electrolitos y con esta finalidad han nacido las bebidas deportivas.
Junto a la creación de estas bebidas han surgido una serie de creencias que en ocasionas exageran sus beneficios o en otros casos desprestigian sus efectos sobre el organismo.
Con el objetivo de erradicar falsos mitos o creencias erróneas a continuación enunciaremos aquellas afirmaciones más comunes en torno a las bebidas deportivas:
Las bebidas deportivas engordan: Ésta creencia es totalmente errónea, ya que la primera intención de este tipo de bebidas es hidratar el cuerpo y reponer las sales minerales perdidas. Así, si bien no son acalóricas, permiten reducir el efecto propio del esfuerzo manteniendo la intensidad del ejercicio por más tiempo y prolongando el gasto calórico.
Las bebidas deportivas no sirven para cualquier persona ni en todos los deportes: Estas bebidas no sólo pueden ser usadas por deportistas sino también por todos aquellos que realizan ejercicio físico que producen una gran gasto calórico por largo tiempo, ya que en ellos, también es importante la adecuada hidratación y restitución de electrolitos.
Además, las bebidas deportivas se usan frecuentemente en patologías agudas como gastroenteritis, ya que en estos casos, también se presenta una gran pérdida de líquidos y sales minerales que requieren reponerse. Por otro lado, cualquier individuo que use una bebida deportiva con esta finalidad (reponer líquidos y sales minerales) puede utilizarla, salvo excepciones de alergias u otras patologías que no lo permitan.
Los hipertensos no pueden consumir bebidas deportivas: Esta creencia requiere que destaquemos cuándo deben usarse éstas bebidas, y una vez más, debemos decir que éstas bebidas no deben consumirse en forma agua o cómo bebida para acompañar las comidas, pues en este caso se podría ocasionar una concentración elevada de sodio o potasio en sangre con el consecuente incremento de líquidos y de la presión arterial.
Entonces, éstas bebidas pueden usarse a la perfección por individuos hipertensos siempre y cuando sean ingeridas tras la ejercitación física o la realización de un deporte, ya que si bien contienen sodio, la proporción aportada por la bebida compensa la pérdida previa generada por la sudoración.
Las bebidas deportivas tienen mucha azúcar: Generalmente debemos recurrir a bebidas deportivas de marcas reconocidas, pues en estos casos, su composición es fruto de largas investigaciones que permiten una fórmula perfecta adecuada a deportistas.
En la mayoría de las bebidas deportivas el aporte de glúcidos es el ideal como para reponer las perdidas, evitar hipoglucemias y reactivar al individuo. Si tenemos en cuenta que el aporte calórico de estas bebidas esta representado puramente por el aporte de azúcar veremos que por ejemplo, Gatorade aporta 24 calorías por cada 100 ml, lo cual equivale a la mitad de lo que tiene un jugo de naranja recién exprimido (45 calorías aproximadamente).
Estos son los principales mitos acerca del consumo de estas bebidas cuya finalidad queda cubierta en algunos casos por falta de información al respecto.
En estas épocas del año en donde las temperaturas crecen poco a poco y la sudoración se incrementa, es fundamental recordar que la hidratación adecuada es un componente infaltable en cualquier entrenamiento o esfuerzo físico y que las bebidas deportivas pueden ser un gran recurso para alcanzarla.
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