Con la llegada de las altas temperaturas aumentan las ganas de consumir productos frescos como los helados encaminados a calmar el calor. Pero cuando comemos un helado siempre planea sobre nosotros la amenaza de las calorías y por ello muchas personas optan por los elaborados a partir de frutas. Pero ¿realmente contienen menor número de calorías este tipo de helados?
Como todos sabemos, la base del helado es la leche. La mayoría de los que encontramos en el mercado están elaborados con leche entera, a los que se les suelen añadir además natas de origen animal que dotan a este alimento de altas dosis de grasas saturadas. Esto es lo que hace que muchos consideren a los helados como un gran enemigo de la dieta. Por este motivo estas personas suelen optar por los helados de frutas al considerarlos mucho menos calóricos.
Sí que es cierto que para elaborar este tipo de helados se utilizan frutas naturales de las que su zumo servirá para dar sabor y color a la masa que con forma el helado. Esto hará que el producto resultante sea un compendio de vitaminas, minerales y fibra proveniente de esas frutas, que dotarán a los helados de frutas de una buena fuente de vitaminas para el verano. Junto a esto debemos tener en cuenta que las frutas apenas aportarán calorías a los ingredientes básicos de un helado, por lo que puestos a elegir es una opción más saludable.
Pero no debemos llevarnos a error al pensar que un helado de frutas no va a tener calorías, ya que en su elaboración entre los ingredientes básicos que le dotan de consistencia se encuentra la nata que se suele mezclar con el zumo de frutas. Este ingrediente normalmente no se suele utilizar desnatado, con lo que el aporte de grasas saturadas es alto. Por este motivo no debemos abusar de ningún tipo de helado, ya que no deja de ser un dulce al fin y al cabo.
Es cierto que cada vez existen más alternativas en el mercado a los tradicionales helados de frutas. Muchos ya se elaboran con natas descremadas y sin añadirles azúcares. En su defecto se suele usar fécula de patata y edulcorantes, que sí que restan calorías, pero en exceso pueden acabar teniendo efectos secundarios en el organismo. Por este motivo no debemos hacer de los helados un habitual en nuestra dieta, a pesar de aportarnos infinidad de nutrientes de alta calidad para nuestro cuerpo.
De todas formas, puestos a elegir, es mucho más recomendable echar mano de los helados de frutas antes que el resto, pues además de ser más refrescantes nos portarán mayores dosis de vitaminas y fibra en detrimento de las grasas y las calorías que nos pueden dar otro tipo de helados.
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