La cetosis es el cuadro que se produce cuando los cuerpos cetónicos se elevan en sangre por encima de niveles normales.
Los cuerpos cetónicos son producidos cuando se requieren como fuente energética, ya que derivan de la degradación excesiva de grasas en nuestro organismo.
Es decir, la fuente principal de energía del organismo son los hidratos de carbono, y el principal alimento del cerebro es la glucosa, entonces, si reducimos al mínimo la ingesta de hidratos, se comenzarán a usar las grasas como recurso energético.
Las grasas son degradadas a ácidos grasos libres (AGL) y éstos en demasía originan cuerpos cetónicos que son los que utiliza el cerebro como nutriente si no cuenta con la glucosa suficiente.
La cetosis entre los deportistas no suele ser frecuente debido a que muchos escogen una dieta hiperhidrocarbonada. Sin embargo, aquellos que optan por una dieta hiperprotéica pueden sufrir este cuadro que suele ocasionar severas consecuencias, si se prolonga en el tiempo.
La raíz del problema no son las dietas hiperprotéicas, pues la cetosis se origina también en casos de ayuno prolongado, ya que la falta de alimento genera la necesidad en el organismo de obtener energía, y debido a que los depósitos de glucosa son limitados, se inicia la degradación de grasa para alimentar el cerebro, causando así, la cetoacidosis o cetosis.
Lo que ocurre es que las proteínas son el nutriente que más saciedad produce, es decir si comemos 3 huevos y una gran porción de carne, pues probablemente ya nuestro estómago diga gracias a otra alimento.
Entonces, las dietas hiperprotéicas producen sensación de saciedad rápidamente y en ocasiones, pueden reducir severamente la ingesta de carbohidratos, aumentando así, el riesgo de sufrir cetosis.
Además, si el gasto calórico es excesivo, hecho común entre los grandes atletas, los depósitos de glucosa se agotan rápidamente si no llevamos una adecuada alimentación y, comienza el proceso antes dicho que genera los cuerpos cetónicos.
También se puede generar en deportistas diabéticos o personas que padecen la enfermedad, cuando ésta se descompensa.
El problema de la cetosis radica en que los cuerpos cetónicos tienen carácter ácido, y éstos sólo pueden utilizarse en un 50% por el cerebro y el resto deber ser aportado por glucosa. Asimismo, los órganos periféricos tienen un límite en la utilización de dichas sustancias y si éstos se acumulan en sangre, comienzan a excretarse por orina produciendo cetonuria.
La cetonuria arrastra consigo sustancias alcalinas, como son muchos de los minerales y agua, así, se puede desencadenar un desequilibrio electrolítico grave y deshidratación severa que puede llegar a producir un colapso y la muerte.
Por eso, la alimentación en el deporte no sólo tiene relevancia para acompañar la ejercitación y favorecer el rendimiento, sino que tiene un carácter preventivo para evitar deficiencias nutricionales y éste tipo de situaciones que requieren un adecuado equilibrio entre los ingresos y los gastos calóricos.
Aquí también encontramos el fundamento de las características de la alimentación adecuada para un deportista, ya que ésta debe ser levemente elevada en carbohidratos (entre 55% y 70% de la energía total), hipograsa (20% a 25% del valor calórico total) y normoprotéica (entre 12% y 15% de la energía total diaria).
Por supuesto, el valor calórico total necesario es mayor entre los deportistas y, depende de las particularidades de cada individuo, del gasto calórico y de la finalidad que persigue la alimentación, por eso, siempre es indispensable el asesoramiento profesional para llevar adelante en forma adecuada la práctica deportiva.
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