El exceso de peso afecta, en la actualidad, tanto a niños como adultos y las consecuencias del mismo comprometen severamente la salud del organismo sea cual sea la edad del individuo, por eso, ante un niño con sobrepeso, no nos podemos quedar de manos cruzadas.
Aunque lo ideal es prevenir, es oportuno saber que todo puede revertirse y resulta más fácil en los niños, cuando los hábitos aún no son tan sólidos. Por eso, si bien la dieta en un niño no debe ser restrictiva como en adultos, si debe emplearse para ayudarle a perder grasa corporal.
Un niño que presenta exceso de peso es un potencial adulto obeso, por ende, debemos actuar al respecto.
La infancia es una etapa de crecimiento, por ende, es normal que los niños continúen incrementando su altura y si mantenemos su peso corporal, la relación peso / talla será normal con el tiempo. Pero también, podemos ver un descenso de peso sin aplicar una dieta restrictiva o insuficiente en calorías, ya que con sólo organizar la alimentación y cubrir las recomendaciones para su edad, ya podemos observar una pérdida de grasa.
Pues en general, el niño que presenta exceso de peso supera ampliamente las calorías ingeridas respecto a las que necesita, entonces, al dar una dieta “normal y equilibrada” para su edad y etapa biológica, ya el pequeño pierde masa grasa y peso corporal.
En un niño que necesita adelgazar, no es útil aplicar una dieta hipocalórica, sino que produce más resultados una alimentación equilibrada y suficiente para afrontar las demandas del crecimiento, así como la realización de actividad física regular.
Ambos factores: dieta y ejercicio, poco a poco se consolidarán como hábitos en el niño contribuyendo a su salud por el resto de su vida. Es decir, no nos quedaremos de brazos cruzados, pero tampoco es oportuno iniciar una dieta hipocalórica y restrictiva.
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