Quién más y quién menos tiene antojos de vez en cuando. En mi caso concreto, mucho más que el aspecto, lo que realmente me afecta es oler algunos tipos de comida y no ser capaz de resistirme. Por suerte, la ciencia está en todo y ahora es capaz de explicar por qué el olor de algunos alimentos hacen que tengamos serios problemas para controlar los antojos y cómo afectan a nuestra respuesta de hambre.
Una nueva investigación, publicada hace tan solo unos días, señala que la responsable de todo esto podría ser la conocida hormona grelina. Según los resultados de esta investigación, la hormona grelina nos haría más vulnerables a los olores más sabrosos de algunos alimentos lo que influiría en nuestro hábito de alimentación animándonos a comer de más.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores contaron con 38 participantes a los que inyectaron grelina vía intravenosa para después exponerles a una numerosa variedad de olores tanto de comida como de otros elementos que no fueran comida. Al mismo tiempo les iban enseñando imágenes neutrales de algunos objetos de manera aleatoria. La finalidad era que los participantes acabaran asociando los objetos con los olores que estaban experimentando.
Mediante resonancias magnéticas los investigadores grabaron la actividad concreta de las partes del cerebro que están involucradas en las respuestas de recompensa. Lo que encontraron fue que la actividad de estas áreas eran mayores en aquellos sujetos que habían sido inyectados con grelina, pero únicamente cuando estaban respondiendo a las imágenes que habían asociado con los olores a comida.
Además, el tener la inyección de grelina hacía que los sujetos valoraran como más agradables y placenteras las imágenes asociadas a los olores sabrosos. Curiosamente, no tenía ningún efecto en las imágenes que habían asociado con olores que no eran de comida. Según estos investigadores esto podría significar que la grelina es la encargada de controlar cómo el cerebro asocia los olores de comida con recompensas.
Esto podría implicar que aquellas personas con mayores niveles de grelina son más vulnerables al olor de la comida y, por tanto, puede influir en su respuesta de hambre y sus hábitos alimenticios. Antes de esta investigación ya se sabía que la regulación de la hormona grelina podía ayudarnos a controlar el peso ya que, entre otras cosas, estimula el apetito además de favorecer el almacenamiento de grasas.
Algunas recomendaciones habituales para controlar los niveles de grelina son:
Dormir bien: no descansar adecuadamente puede hacer que la producción de esta hormona aumente hasta en un 28% según algunas investigaciones.
Evitar las dietas muy restrictivas: ante dietas muy restrictivas nuestro organismo se pone en modo ahorro y ralentiza el metabolismo. La grelina es una de las involucradas en esta tarea, por lo que su producción aumenta ante dietas restrictivas.
Hacer deporte: el ejercicio físico puede reducir la producción de esta hormona, ayudándonos así no solo a controlar nuestro peso, sino también nuestros antojos.
Imágenes | Unsplash
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