Sabemos que el cuerpo cuando necesita energía y nutrientes lo manifiesta mediante una sensación de vacío en el aparato digestivo que denominamos hambre, pero muchas otras veces que no tenemos esa necesidad fisiológica de comer, también ingerimos alimentos.
El tratar de ajustar la ingesta a la verdadera necesidad del organismo es fundamental para conservar un peso saludable, por eso, hoy te mostramos algunas razones por las que podemos comer sin hambre real y que debemos controlar si no queremos consumir alimentos y calorías en exceso.
Descanso insuficiente: dormir poco durante un día genera alteraciones en las hormonas que regulan el apetito y nos llevan a comer en mayor cantidad. Además, el cuerpo intenta compensar la falta de energía que genera el poco sueño y descanso con comida, pero en realidad lo que falta son horas de sueño. Intentemos dormir entre 7 y 8 horas al día para que el organismo regule mejor nuestra ingesta.
Medicamentos: algunos medicamentos como los esteroides, alteran la regulación hormonal del hambre y nos empujan a comer más de lo que necesitamos. Por eso, si estas medicado con ellos y ya has comido lo que habitualmente ingieres, intenta ignorar la sensación de hambre si persiste tras el consumo de alimentos.
Presencia de sed o deshidratación: los síntomas de una deficiente hidratación son muy similares al del hambre, y debido a que la boca se seca y se puede aliviar comiendo alimentos sólidos, muchas veces ingerimos alimentos cuando en realidad no los necesitamos, sino que lo que el cuerpo requiere es agua.
Es la hora de comer: como buenas criaturas de costumbre, generalmente comemos a la misma hora cada día, y si bien esto resulta adecuado para mantener una organización en la dieta, también es bueno analizar si tenemos hambre real, porque después de un desayuno abundante podemos no tener la necesidad de comer cuando llega la hora y aun así, lo hacemos. En estos casos, si es posible se recomienda postergar unos 30 a 60 minutos la ingesta para comer cuando realmente tenemos hambre.
Exposición a comida: ver, oler y escuchar cómo se preparan alimentos o simplemente ver que ellos están a nuestro alcance, puede empujarnos a consumirlos cuando en realidad no tenemos hambre, por eso, lo recomendable es no tener alimentos en grandes cantidades y siempre en nuestra alacena, sino que lo mejor es tener cantidades acotadas de alimentos de buena calidad e ir en busca de ellos cuando el cuerpo así lo indica.
Estrés: la comida representa una forma de obtener gratificación y placer, por eso, cuando nos sentimos agotados física y mentalmente debido al estrés, solemos comer de más y elegir alimentos con más grasas y azúcares, que son los que más impacto a nivel emocional tienen.
Intentemos controlar estas razones para comer sin hambre de manera de ajustar la ingesta a la necesidad del organismo y preservar la salud del mismo.
Siempre que sea posible pensemos si realmente tenemos hambre o comemos por otra razón ajena a la necesidad del organismo de obtener nutrientes y energía.
Vía | Shine
En Vitónica | No sólo comemos por hambre
En Vitónica | La importancia de escuchar al cuerpo para conservar un peso saludable
Imagen | Hill.josh