Cuando comenzamos una dieta para adelgazar o simplemente queremos reducir la ingesta calórica y mejorar la calidad de lo que consumimos, es habitual centrarnos en las ensaladas y eliminar las grasas. Esta decisión no es recomendable, pues el cuerpo necesita un mínimo de ácidos grasos a diario y además, una ensalada sin grasas no se aprovecha al máximo.
Recuerda incorporar grasas a tu ensalada, en lo posible saludables, pues el cuerpo graso dará más palatabilidad a la preparación, así como facilitará la conservación de los vegetales. Por otro lado, las vitaminas liposolubles de las ensaladas se absorberán mejor ante la presencia de aceite, semillas, aguacate, aceitunas, frutos secos u otra fuente de grasas saludables.
Los licopenos del tomate, la Vitamina A de la zanahoria, la vitamina K de las hojas verdes y otras vitaminas liposolubles serán mejor aprovechadas por el organismo si adicionamos un cuerpo graso a la ensalada, que no se requiere en grandes cantidades sino que con una pequeña proporción será suficiente para que los ácidos grasos brinden sus beneficios.
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