Si quieres adelgazar... ¡come!

Y ya sabemos que parece todo lo contrario, pero no os podéis ni imaginar el desastre que puede resultar no comer (o mejor dicho, intentar no hacerlo), a ciertas horas o con ciertas comidas:

-El desayuno debe aportar hasta un 25% de las calorías de todo el día, el enfocar estas calorías a primera hora de la mañana (esto quiere decir que un café sólo o un yoghurt desnatado con media manzana no es lo más indicado), tu metabolismo se mantendrá más rápido durante todo el día, además de sentirte más activo/a y a mayor actividad, mayor gasto calórico.

-La mayoría de personas con sobrepeso sufre el trastorno del “comedor impulsivo”, esto quiere decir que, no sólo tienen kilos de más por malos hábitos alimenticios, sino por “atracones” de comida en reuniones sociales, cenas, o en estados de ansiedad. El hecho de saltarse comidas (medida muy habitual en las personas obsesionadas con la línea), crea al cabo de un par de horas una sensación mucho mayor de hambre, además de aumentar el anteriormente comentado estado de ansiedad, por lo que se efectúan comidas exageradas hasta sentirse exageradamente saciado, con el correspondiente sentimiento de culpa.

Un vistazo a…
AYUNO INTERMITENTE

-Por último, la sentencia de “cuanto menos cenes, mejor” no es del todo cierta: Cenamos de media entre las 21.30 horas y las 22.00, no volviendo a comer hasta las 7.30-8.00 del día siguiente (y, como hemos comentado, de modo paupérrimo en muchas ocasiones). 10 o hasta 12 horas sin ingestión de comida alguna también repercute de manera negativa en el metabolismo.

En definitiva, todo se trata de malos hábitos alimenticios... comer mal, pocas comidas muy espaciadas, abuso de grasas y alimentos fritos, rebozados, comida basura o intentos poco coherentes de ingerir menos calorías de las necesarias tienen efectos secundarios. Comed bien y con paciencia, el sobrepeso adquirido durante años no se quita en dos semanas...

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