Puede resultar extraño, pero la característica del Síndrome de Prader-Willi (SPW) es el apetito insaciable que siente quien lo padece. Esta enfermedad congénita no hereditaria que afecta a una de cada 15.000 personas, hace que en ningún momento se sientan satisfechos, se pasarían el día comiendo.
Pero el problema es realmente serio, además sufren hipotonía (bajo tono muscular) y un desarrollo físico y mental deficiente, rasgos faciales característicos, como los ojos almendrados, la boca pequeña con las comisuras hacia abajo, entre otras cosas. El problema de que no pierdan nunca las ganas de comer, hace que precisen una dieta controlada para no aumentar sus problemas de salud con la obesidad y sus consecuencias.
La raíz de esta patología se haya en diferentes mecanismos genéticos que se basan en la pérdida o inactivación de genes que se expresan en el cromosoma 15 paterno (15q11q13). Les falla el centro de saciedad del hipotálamo, por lo que ni recién comidos se sienten satisfechos.
Es posible diagnosticar el SPW a quien lo sufre desde que se encuentra en el vientre materno (aunque es más fácil en adultos por las características mencionadas) sobre todo lo percibirá una madre que no sea primeriza, pues el bebé se mueve menos de lo normal y se encuentran en posición de nalgas en el vientre materno, por lo que precisan un nacimiento por cesárea.
Es básico que quien sufre el síndrome sea consciente de su problema, el retraso mental que padecen es leve y pueden comprenderlo perfectamente, si conocen los problemas en los que puede desembocar una excesiva alimentación, les será más fácil poner de su parte. Aunque no existe tratamiento todavía, especialistas como pediatras, endocrinólogos, neurólogos, psicólogos y genetistas, colaboran en un buen desarrollo y educación de los hábitos alimenticios que los pacientes del SPW precisan.
Su alimentación debe estar basada en alimentos hipocalóricos para mantener un peso adecuado. A pesar de que no conseguirán mitigar sus ansias de comer, es necesario que tengan unas pautas alimentarias, aunque el apetito insaciable les acompañe toda su vida.
Vía | Consumer Más información | Prader-Willi